Sucursal del Banco Santander en Portugal
Sucursal del Banco Santander en Portugal - ABC

La irrefrenable españolización de la banca lusa

Santander ya se ha convertido en el banco líder por beneficios del país vecino

CORRESPONSAL EN LISBOA Actualizado: Guardar
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El sector bancario europeo vive un freno ya desde las propias matrices de Fráncfort, con Deutsche y Comerzbank a la cabeza, pero la situación alcanza niveles de alerta roja en Portugal. Las entidades locales sufren una falta de liquidez preocupante y esta circunstancia las expone a maniobras de control provenientes de otros países. El termómetro financiero se viene enfriando desde la quiebra del extinto Espirito Santo en agosto de 2014 y, desde entonces, el contexto no ha hecho más que empeorar.

De ahí se estaba aprovechando el capital angoleño en una suerte de respuesta de la antigua colonia lusa… hasta que Bruselas ha tomado cartas en el asunto para advertir contra la excesiva dependencia del dinero africano, sometido a una volatilidad y falta de transparencia que levantan sospechas.

Así ha sucedido en el caso del Banco Portugués de Inversiones (BPI), cuya dependencia de Isabel dos Santos (hija del dictador que gobierna Angola con mano de hierro, José Eduardo dos Santos) ha motivado el respaldo comunitario a Caixabank, pendiente todavía de poder formalizar su OPA sobre el 100% de esta entidad.

Pero si hay un banco español que marca la pauta en Portugal, ése es el Santander. Su presidente al otro lado de la frontera, António Vieira Monteiro, difundió esta misma semana los resultados correspondientes al primer trimestre, con una conclusión fundamental: la entidad se ubica ya en la cima del ‘ránking’ en el país vecino gracias a una progresión espectacular de su volumen de negocio.

Son 114,5 millones de euros de beneficios, más del doble de lo recaudado un año atrás, que ascendía a 53,8 millones. Por tanto, su estrategia se ha visto reafirmada de acuerdo con las medidas aprobadas por Ana Paticia Botín. De hecho, se ha revelado como clave no apostar por la captación de depósitos, una franja que desciende por la cuesta del declive en la mayoría de los países de la UE.

Todos los indicadores se comportan al alza para el Santander Totta: el crédito subió un 28,5% para instalarse en los 34.000 millones de euros y los recursos de los clientes se incrementaron hasta los 31.200 millones de euros, lo que representa un 23,4% más.

La joya de la corona

Se trata del escenario ideal para que la firma cántabra pueda urdir sus ambiciosos planes para hacerse con Novo Banco, la joya de la corona bancaria en Portugal. Sería un auténtico zarpazo para asentarse aún más como el primer banco de la patria del fado.

Ahí se topará con las pretensiones y la competencia de Caixabank, aunque tampoco se descarta del todo que pueda inmiscuirse el Popular. En cualquier caso, el plazo para su venta se ha ampliado considerablemente (hasta agosto de 2017) con el fin de evitar una eventual operación precipitada.

El modelo del Santander evidencia que la expansión debe seguir unas pautas muy pegadas a las necesidades del mercado, más que dispersarse en esquemas genéricos y ampulosos que tal vez pueden desembocar en un fracaso a corto plazo.

Sabadell y Bankinter

Con todo, Vieira Monteiro ha de afanarse para que no se disparen los recelos que despierta la "españolización" de la banca lusa, en plena espiral ascendente si tenemos en cuenta los pasos dados por el Sabadell (cuyo 5% en el Banco Comercial Portugués puede convertirse en la antesala de una operación mayor, según la propuesta que les han hecho a los catalanes desde Lisboa) y Bankinter, que se ha hecho cargo de las antiguas sedes de Barclays allí.

¿Implican todos estos movimientos una pérdida de soberanía financiera para el sector? ¿Acabará España salvando a los vecinos de al lado de la sobreexposición al capital angolano? Sólo hay una manera de que estos interrogantes no terminen obsesionando a los círculos financieros del otro lado de la frontera: que la toma de control se traduzca en un saneamiento presto a sofocar las dudas. La creciente "españolización" de la banca lusa se considera una consecuencia del caldo de cultivo favorable auspiciado desde Bruselas. Y la próxima presentación de resultados del banco público Caixa Geral de Depósitos es temida en Lisboa y Oporto, sobre todo porque los presumibles números negativos pueden poner también esta entidad en el ojo del huracán financiero.

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