El Grupo Cosentino ha conseguido facturar 834 millones en 2016
El Grupo Cosentino ha conseguido facturar 834 millones en 2016 - ABC

El grupo Cosentino rompe su techo y se consolida en el mercado exterior

La empresa almeriense de superficies para arquitectura exporta ya a 80 países y está implantada en 32

Madrid Actualizado: Guardar
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Grupo Consentino es uno de esos ejemplos de pequeño negocio familiar que crece pasito a pasito hasta convertirse en una auténtica multinacional. La compañía almeriense, dedicada a la producción y distribución de superficies para el mundo de la arquitectura y el diseño, se fundó en 1940 como una empresa que explotaba canteras de mármoles en la localidad de Macael. El año pasado cerró el con una facturación de 834 millones de euros, un 16% más que el año anterior, y un Ebitda de 117 millones. Estas cifras entran dentro de las previsiones del grupo, que apuesta para este 2017 por la digitalización, robotización y automatización de toda la empresa.

La empresa ya genera el 90% de sus ventas en el exterior, siendo EE.UU.

el país donde mayor presencia tiene. Su expansión internacional es base en su crecimiento, llegando a distribuir a más de 80 países e implantarse en 32. «En 2006, año de expansión en Europa, apenas teníamos un 10% en el resto de mercados, siendo menos de un 5% en Europa. Hoy es más del 23% lo que vendemos en el Viejo Continente», explica Luis De la Haza, director financiero de la compañía.

La multinacional tiene previsto invertir 380 millones durante 2016-2019, de los cuales 170 se ha puesto en ejecución el pasado año. Este Plan de Inversiones está focalizado en el crecimiento y la diversificación en productos y canales y mantener el proceso expansivo internacional. Con esta estrategia, el grupo Cosentino está logrando ampliar sus mercados. De la Haza destaca que gracias a la tecnología TSP –de sinterización– están pudiendo adentrarse en segmentos donde antes no llegaban, como la arquitectura exterior. Con esta técnica han evolucionado del mundo del aglomerado del cuarzo hacia el mundo porcelánico, mezclando la tecnología con el cuarzo, la cerámica y el vidrio. De esta manera consiguen dar una sensación mayor de limpieza del producto, además de mayor durabilidad,

Los nuevos productos realizados con la tecnología TSP están dándole una gran ventaja a la compañía respecto a sus competidores. «Nuestra pretensión es cambiar el mundo de los materiales y moverlos al mundo de la piedra de ingeniería. El mercado nos está diciendo que hay un deseo de cambio por la polivalencia de los productos: no necesitan mantenimiento y son más duraderos. Además de esa sensación de higiene que da la piedra esas cualidades es percibida por el cliente como un valor añadido muy fuerte», explica de la Haza, quien asegura que la digitalización de la empresa no la usan para conseguir mayor eficiencia en costes y productividad, sino también para diferenciarse de la competencia.

La pretensión de la compañía, según De la Haza, es copar los mercados posibles y superar los 900 millones en facturación. «Queremos cambiar un mundo lleno de materiales pobres de calidad a uno de productos más ricos en diseño y características técnicas».

El Brexit aprieta, pero no ahoga

La próxima salida de Gran Bretaña de la Unión Europea también afecta al grupo Cosentino, cuya presencia en el Viejo Continente cada vez es más importante. El Brexit golpea los proyectos de la firma en las islas, pero esto no es óbice para que la multinacional mantenga su reto de crecer a un ritmo de dobles dígitos durante el trienio 2016-2019. Este año lo ha conseguido, con un 14% más que el pasado curso.

«La depreciación de la libra, que ha caído en torno a un 20%, parece que últimamente también está afectando al ritmo de los proyectos, tanto grandes como los de reformas pequeñas», explica De la Haza. La caída de la divisa británica repercute tanto en el mercado inmobiliario como en el bolsillo del ciudadano, reduciéndose el consumo de los particulares. Todos estos hechos también azotan a las empresas establecidas en las islas. «Hay más inestabilidad y esto hace que todo se contraiga», relata De la Haza.

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