poster Vídeo
Vista general de la portada del periódico vespertino londinense «Evening Standard» - EFE

La gran empresa española pierde 63.900 millones de euros en Bolsa tras la victoria del Brexit

Las firmas más expuestas se dejaron casi la mitad del total, 30.000 millones, durante la jornada del «Viernes Negro» en los mercados financieros

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Contra todo pronóstico se impuso el Brexit, uno de los denominados en la jerga financiera "cisnes negros", acontecimientos imprevistos que irrumpen en la economía mundial y que convierten en ceniza todo ejercicio de previsión a corto y largo plazo. Es imposible anticipar las consecuencias de la salida de la UE de uno de los principales socios comerciales de España sobre el conjunto de la economía. Son muchas las incógnitas, tantas como los múltiples sectores en los que se tendrán que alcanzar nuevos acuerdos que sustituyan la normativa comunitaria.

Esa incertidumbre tuvo una rápida traducción en términos de pérdida de valor en Bolsa de las principales firmas españolas. Las 35 empresas que conforman el selectivo español se dejaron ayer, en su conjunto, 63.877,4 millones de euros de capitalización bursátil, arrastradas, sobre todo, por los valores más expuestos a la economía británica – Santander, Sabadell, IAG, Iberdrola, Ferrovial y Telefónica–, que vieron cómo en pocas horas se volatilizó casi la mitad de su importe en el parqué, cerca de 30.000 millones de euros.

Los vínculos comerciales entre España y Gran Bretaña son estrechos. En concreto, las empresas españolas han desplegado un acumulado de inversiones de 48.069 millones de euros, cifra que representa más del doble del "stock" de inversión de las firmas británicas dentro de nuestras fronteras (22.854 millones) y convierte a Reino Unido en el primer receptor del capital español.

Entidades financieras

Sin duda, la entidad que preside Ana Botín fue la más perjudicada durante el vaivén bursátil de ayer, con una rebaja de 48.846 millones de capitalización. Su filial Santander UK es depositaria de entre el 10 y el 20% de las cuentas corrientes británicas –según un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI)– y supone el 25% del beneficio del grupo. La importancia de este mercado, convertido en campo de entrenamiento para sus principales directivos, no es únicamente material. De hecho, la actual presidenta se encontraba al frente de la filial británica cuando tuvo que tomar en 2014 la decisión de suceder a su padre, Emilio Botín, tras su fallecimiento.

Le sigue TSB, propiedad de Sabadell, que concentra cerca del 5% de las cuentas corrientes británicas y que sufrió un castigo de 1.608 millones en Bolsa en la jornada de ayer. En junio del año pasado, la entidad que dirige Josep Oliu adquirió esta firma minorista a Lloyds. El efecto dominó terminó dañando fuertemente a otras entidades aparentemente expuestas en menor medida al plebiscito, como Bankia o BBVA. La fiebre fue generalizada y el sector acabó restando, al cierre de la sesión cerca de 20.000 millones de capitalización.

Tanto Botín como Oliu llamaron a a la calma. Este último fue el más tajante, al señalar que el resultado del referéndum "no cambia la estrategia" de la entidad" y recordó que la tormenta de los primeros días dará lugar a un periodo de negociaciones que, previsiblemente, cristalizará en acuerdos para facilitar las transacciones. "Cabe esperar que el nuevo marco de relaciones entre la UE y el Reino Unido sea adecuado, salvaguarde el libre comercio y la libertad de movimiento de capitales entre ambas partes", indicó.

Advertencia de IAG

El plazo en que se extenderán estas conversaciones –habida cuenta del entramado burocrático que se cierne sobre la siempre pausada Bruselas– supone otra de las preguntas capitales que se hacen muchas empresas, en las que el tiempo es, casi siempre, sinónimo de dinero.

IAG, el holding hispano-británico que nació de la fusión de British Airways e Iberia, ha decidido anticiparse a esa cuestión y advertir a los accionistas de que incumplirá sus objetivos de beneficio para este año.

La aerolínea insistió, en un comunicado remitido al supervisor bursátil español (Comisión Nacional del Mercado de Valores), en que el Brexit "no tendrá un impacto material a largo plazo", pero reconoció que en el mes de junio el grupo "ha experimentado un entorno operativo más débil de lo esperado". Los mercados respondieron de manera feroz: sus acciones se desplomaron un 26,86% y su valor se diluyó en 3.761 millones de euros.

Ferrovial, caída moderada

Pocas empresas no financieras mantienen una presencia mayor en las Islas que Ferrovial. La empresa presidida por Rafael del Pino obtiene un 26% de su facturación procedente de esta región. Tal es así que Goldman Sachs la considera la firma europea cuyo nivel de ventas se encuentra más expuesto (46%). No obstante, su descenso en el Ibex resultó moderado, en comparación con el severo correctivo que encajaron el resto de empresas (al restar un 9,32%). El caso de la eléctrica Iberdrola fue similar: aunque su filial británica aglutina un 27% del beneficio del grupo, logró esquivar el "top 10" de los mayores retrocesos.

Telefónica, lastrada por O2

No corrió la misma suerte el gigante de las telecomunicaciones español, que después de que la Comisión Europea bloqueara la venta de su filial en este país, O2, se ha visto, pese a su voluntad, atado al mercado británico. José María Álvarez-Pallete examina alternativas para reducir la deuda, como la salida a Bolsa de O2, opción que ahora se ve lastrada por el periodo de incertidumbre que acaba de arrancar.

Ver los comentarios