Gabriel Leal: «Aún quedan por regular muchos aspectos del reciclaje de neumáticos»

La economía lineal puede ser el camino más corto, pero nunca el más recto. La conciencia de que el paradigma de fabricar, usar y tirar es un viejo atajo que no conduce a ninguna parte comienza a asentarse en la sociedad. Proporcionar varias vidas a unos recursos que no son infinitos y minimizar el impacto ecológico de los procesos de producción son obligaciones que empresas y consumidores comienzan a asumir como propias. Signus (Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados) es uno de esos eslabones de ese círculo virtuoso que definen el nuevo esquema de reducir, reusar y reciclar. Esta entidad sin ánimo de lucro echó a rodar en octubre de 2006 como respuesta de cinco grandes compañías (Bridgestone Hispania, Continental Tires, Goodyear Dunlop Tires, Michelín y Pirelli Neumáticos) a las exigencias que el Real Decreto 1619/2015 introducía en el reciclaje de neumáticos y que, como principio, suponía que la empresa que ponía uno de estos productos en el mercado tenía que asumir su posterior gestión medioambiental.

Una década después, Signus ha gestionado y proporcionado nuevas utilidades a cerca de 280 millones de neumáticos fuera de uso procedentes del mercado de reposición y ha organizado una importante red de operaciones capaz de dar servicio a los más de 45.000 puntos de generación que hay activos en España.

—¿Se ha producido durante esta década un cambio de mentalidad en la sociedad respecto al tratamiento de los neumáticos usados? ¿Marcó el incendio de Seseña un antes y un después?

—Creo que sí. La primera parte de la concienciación llega cuando, al cambiar un neumático, el usuario ve en su factura que se le aplica una pequeña tasa, de 1,33 euros, por reciclar. No nos engañemos, reciclar cuesta dinero, son procesos que conllevan transporte, recogida, transformación... y tienen un coste. Y los productos que se obtienen no lo cubren. Con todo, la tasa se ha reducido un 33% en estos años, ya que en 2006 era de 1,98 euros. Se han optimizado los costes del reciclado dando mayor valor a los productos obtenidos e incrementando su demanda. Lo importante es que la contribución del usuario sea menor, y ojalá llegue un momento en que sea mínima.Por otra parte, el incidente de Seseña demuestra qué era lo que pasaba antes: no había ninguna legislación ni entidad que solucionara este problema. Y eso lo que hizo fue provocar que se originaran grandes depósitos históricos que nadie gestionó, porque los recursos económicos para hacer eso no son fáciles de encontrar. El suceso de Seseña ha sido un hecho desgraciado cuya única parte buena es que ha permitido concienciar a la sociedad de que de alguna forma hay que invertir recursos y tiempo en reciclar.

—¿Qué nueva vida se puede dar a los neumáticos?

—Hay una cosa clara, y es que para gantizar la sostenibilidad de nuestro modo de vida en este momento es necesario reutilizar las materias primas, porque son finitas. Y al ritmo en que las estamos usando, tardaremos muy poco en no tenerlas. Signus es la expresión de esa necesidad para el mundo del neumático. Una vez finalizada su vida útil, pueden tener otras aplicaciones y usos. Un neumático tiene una parte importante de acero, en torno a un 20%, que se puede reciclar. Ytambién caucho vulcanizado, con el que se pueden realizar pistas de seguridad para parques infantiles, productos para el calzado, para la seguridad vial, campos de hierba artificial... Se trata de encontrar una segunda y tercera vida para productos que antes eran desechados y diseminados por los descampados y los vertederos.

—Estos procesos conllevarán un importante esfuerzo en innovación....

—Si tú quieres aplicar un producto reciclado en una serie de aplicaciones tienes que realizar un tabajo de redescubrir y reinventar. Si utilizas por ejemplo el caucho reciclado para la suelas de un zapato, tienes que tener en cuenta que sus propiedades no son exactamente las mismas que las del caucho normal. Lo mismo pasa con las bituminosas elaboradas con polvo de neumáticos que se utilizan para hacer los firmes de carreteras,

—Una de las principales quejas del sector es la existencia de un mercado paralelo. ¿En qué consiste?

—Hay pequeñas empresas o distribuidores muy locales que compran los neumáticos fuera de España a otros distribuidores europeos y los importan. Pero no se hacen responsables de la gestión medioambiental. Es un fraude a la sociedad. Por intentar ser más competitivos o por lo que fuere, no contribuyen a la gestión medioambiental de esos neumáticos que ponen en el mercado. Es una falta de seriedad y de solidaridad con sus conciudadanos.

—También reclaman mejoras regulatorias para su actividad...

—Nosotros solo somos responsables de los neumáticos que se ponen en el mercado de reposición. Esto son solo dos tercios del total. La ley actual no regula otros muchos aspectos, por ejemplo, los neumáticos que se ponen desde los desguaces. Ni tampoco los que tienen más de 1.400 milímetros de diámetro. A veces aparecen neumáticos abandonados, y normalmente son de estos flujos, porque nosotros recogemos gratuitamente los neumáticos en cualquier sitio que nos digan. No hay razón para que alguien los tire. Si los recogemos sin coste, ¿para qué gastar tiempo y dinero en transportarlos y abandonarlos? Si pasa, es porque proviene de algún flujo en el que no están las cosas claras. Solucionar estas situaciones es responsabilidad de las autoridades legislativas y es una de nuestras reclamaciones, que se articule todo de la misma manera. Igual que a nosotros se nos exige la trazabilidad desde que recibimos un neumático hasta que lo revisamos y lo valorizamos, esa resposnablidad también debería extenderse a los responsables de los flujos de neumáticos procedentes de primer equipo a través de los desguaces, de maquinarias agrícolas, neumaticos industriales o mineros....