España pierde competitividad por el alza de la inflación y las trabas regulatorias

El país cae del puesto 34 al 36 en el ranking global que elabora el IMD que mide el atractivo de las economías

Las cuatro torres de Madrid ÓSCAR DEL POZO

J. TAHIRI

La economía española empeoró el pasado año su competitividad frente al exterior ante el despertar de la inflación, las trabas legislativas y la política fiscal, además de la mejora insuficiente del mercado laboral. Así lo recoge el ranking de la escuela de negocios International Institute for Management Development ( IMD ), que apea a la economía nacional del puesto 34 al 36 de 63 países seleccionados, su peor puesto desde 2015 – estaba en el 37–.

El deterioro de España se explica por el comportamiento de los precios, pero la institución también lo alude a «la legislación empresarial , su política en impuestos, el funcionamiento del mercado laboral y sus infraestructuras científicas». El principal factor son los precios: en 2017 el IPC pasó de estar en territorio negativo a repuntar con fuerza de media al 2% por la apreciación del petróleo. La subsiguiente alza de costes y la dependencia del crudo lastran con fuerza el atractivo de la economía.

Por detrás de Portugal

España queda así por detrás de otros países como Alemania (que empeora del puesto 13 al 15), Reino Unido (del 19 sube al 20), Francia (escala del 31 al 28) o Portugal (que aumenta su posición del 39 al 33). Por detrás de España se sitúan Italia (del 44 al 42) o Grecia (57). Estados Unidos ha vuelto al liderazgo del ranking arrebatándoselo a Honk Kong (segundo este año), a los que siguen Singapur , Países Bajos , Suiza y Dinamarca . La mayor parte de economías de Europa Occidental empeoran sus posiciones, ya que muestran «signos de desaceleración» en palabras de IMD mientras que el último puesto es para Venezuela.

La escuela de negocio señala como las asignaturas pendientes de la economía española, la consolidación fiscal necesaria para reducir el elevado déficit público , reformar el sistema de pensiones, reducir la «excesiva» regulación y fomentar la eficiencia de la Administración además de seguir incrementando la internacionalización de la economía.

«La caída se debe a un ligero debilitamiento en varias áreas del ranking, tales como el mercado de trabajo y la infraestructura científica y básica . Específicamente, indicadores como la fuerza de trabajo, el valor agregado en las industrias que requieren alto nivel de conocimiento y tecnología, así como las exportaciones de alta tecnología mostraron una disminución desde el año pasado. Además, las preocupaciones relacionadas con la atracción y retención de trabajadores altamente cualificados y la falta de implementación de formación en el sector privado aumentaron con respecto al año anterior, lo que ha contribuido a la caída en el ranking», describe el economista senior de IMD, José Caballero.

Elevado paro

Los indicadores en los que España está peor posicionada se explican por su elevado desempleo, la dualidad del mercado laboral y la elevada temporalidad, así como la política fiscal y las finanzas públicas. Así, España está a la cola en empleo (puesto 59 de 63 países), mercado laboral (55), finanzas públicas (52) y gestión empresarial (50). Al observar los indicadores que más empeoraron el año pasado, se observa que el número de patentes se han reducido a la mitad.

Sin embargo, la economía española destaca en la atracción de inversión internacional (puesto 13), en su pujanza en el comercio mundial (18), o en sus infraestructuras sanitarias (puesto 19) . Entre los indicadores más citados en una encuesta entre ejecutivos elaborada por IMD para definir los principales atractivos de la economía española entre quince indicadores, la mayor parte de los directivos destacan el dinamismo de la economía (un 65,1% de las respuestas), la competitividad de costes (un 63,3%), la fiabilidad de las infraestructuras (60,95), la cualificación de los trabajadores (58%) y las actitudes abiertas y positivas de la población (54,4%).

Sin embargo, la economía española destaca en la atracción de inversión internacional (puesto 13), en su pujanza en el comercio mundial (18), o en sus infraestructuras sanitarias (puesto 19) . El ranking de competitividad mundial de IMD se elabora a partir de 258 indicadores: dos terceras partes de estadísticas oficiales y un tercio de 6.250 respuestas a una encuesta entre ejecutivos de grandes empresas. Entre los factores más citados en el sondeo entre directivos para definir los principales atractivos de la economía española de entre quince indicadores, la mayor parte de los empresarios destacan el dinamismo de la economía (un 65,1% de las respuestas), la competitividad de costes (un 63,3%), la fiabilidad de las infraestructuras (60,95), la cualificación de los trabajadores (58%) y las actitudes abiertas y positivas de la población (54,4%).

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