EE.UU. y la UE avanzan en la negociación del TTIP y aún confían en llegar a un acuerdo este año

Las dos partes volvieron a dejar claro que no quieren un «Tratado -Trasatlántico de Libre Comercio light», sino un acuerdo completo y ambicioso que dé respuesta a todas sus expectativas

Nueva York Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han cerrado hoy con avances una nueva ronda de negociaciones del Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP) y siguen viendo posible completar el proceso este año.

Reunidos en Nueva York durante los últimos días, los equipos negociadores de ambas partes se centraron en tratar de pactar de forma definitiva varios aspectos del acuerdo, para dejar sólo abiertas para los próximos meses las partes más sensibles.

«Hemos tenido una ronda muy productiva esta semana, pero aún tenemos un trabajo significativo por hacer», dijo al término de la ronda Dan Mullaney, el jefe negociador estadounidense.

Para Washington, « queda suficiente tiempo para completar un TTIP ambicioso, completo y con altos estándares este año» siempre que las dos partes mantengan su compromiso y voluntad política, señaló Mullaney en una conferencia telefónica con periodistas.

Su homólogo europeo, Ignacio García-Bercero, ha confirmado que la UE trabajará también para cerrar el acuerdo en 2016, «pero sólo si la sustancia del pacto es la adecuada».

Las dos partes volvieron a dejar claro que no quieren un «TTIP light», sino un acuerdo completo y ambicioso que dé respuesta a todas sus expectativas.

El calendario político, sin embargo, complica el proceso y hace casi obligatorio que, si Washington y Bruselas quieren un acuerdo, éste se cierre para fin de año, antes de que termine el segundo y último mandato del presidente estadounidense, Barack Obama.

En los últimos meses, los principales aspirantes a la Casa Blanca, tanto demócratas como republicanos, han expresado en mayor o menor medida sus recelos ante este tipo de acuerdos comerciales.

Para el experto Michael Moran, director de la consultora política estadounidenses Control Risks, el TTIP tiene ahora mismo un 40% de probabilidades de salir adelante y un 60% de fracasar, dado que a su juicio las posibilidades de éxito se reducirían drásticamente si no hay al menos un borrador de acuerdo este verano.

Durante su reciente visita a Europa, Obama trató de dar un empujón al proceso, defendiendo el acuerdo y dejando claro que si no se aprovecha la actual ventana éste podría quedar en el aire durante años.

García-Bercero aseguró hoy que el mensaje del presidente de EE.UU. ha dado un «fuerte estímulo político» a la negociación y dijo que las dos partes están tratando de convertir ese ímpetu en resultados prácticos.

Esta semana, según los negociadores, se lograron progresos en áreas como las prácticas de regulación, las pequeñas y medianas empresas, aduanas o el levantamiento de aranceles.

En este último punto, las partes han intercambiado ofertas para liberalizar antes o después el 97% de las líneas tarifarias, pero en esta ronda tampoco tocaron el 3% restante, relativo a los productos más sensibles, principalmente agrícolas.

La agricultura sigue siendo uno de los aspectos más complejos de la negociación, no sólo por los aranceles, sino por otros asuntos como las normas en materia de seguridad alimentaria o los sistemas de protección de las indicaciones geográficas.

EE.UU., por ejemplo, ve adecuado su mecanismo de indicaciones geográficas y se resiste a asumir las demandas que la UE le está planteando en este ámbito, según dijeron esta semana fuentes de la negociación.

La próxima ronda se celebrará en territorio europeo, probablemente en julio, con el objetivo de seguir cerrando el texto del acuerdo en el mayor número de áreas posible y dejar un grupo «muy limitado» de asuntos abiertos, que deberán resolverse a nivel político.

Junto a la dificultad técnica de las negociaciones, EE.UU. y la UE deben hacer frente a una fuerte oposición al acuerdo en varios sectores de sociedad.

Así se vio el pasado fin de semana en Alemania, cuando decenas de miles de personas salieron a las calles durante la visita de Obama para protestar contra el TTIP.

El jefe negociador europeo ha reconocido hoy que entre la población hay «mucha ansiedad» en torno a la globalización y que esas preocupaciones deben ser escuchadas, pero defendió que el TTIP será precisamente «una respuesta» para gestionar mejor ese fenómeno.

La Administración estadounidense, mientras, subraya que pese al creciente debate político, las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses está a favor del libre comercio.

«Nuestra tarea en estas negociaciones es lograr un acuerdo que sea completo, ambicioso, que cumpla con las promesas de aumentar el comercio, las inversiones, apoyar empleos con mejores salarios y que promueva nuestros valores comunes», señaló Mullaney.

Ver los comentarios