La economía, la conciencia despierta del 155

Al final, ha sido el argumento principal que definitivamente ha llevado a Mariano Rajoy a decidir la aplicación del artículo de la Constitución

Mariano Rajoy, junto a José Luis Bonet INÉS BAUCELLS
María Jesús Pérez

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«La recuperación de la normalidad económica, en Cataluña y en España, aconseja en este momento y en estas nuevas circunstancias no proceder al cambio de sede social, como corresponde a una empresa catalana y, por tanto, española, como es Freixenet». Son palabras salidas del mismísimo epicentro del consejo de administración de la firma de cava el pasado miércoles, 1 de noviembre. Una declaración de la que dudaba que podría producirse, tan solo unos días antes, el propio presidente de Freixenet, José Luis Bonet . ¿O era premeditado?

El caso es que en su última manifestación pública -en concreto, en una entrevista con mis compañeros del programa de La Linterna en la cadena COPE, el viernes 27 de octubre- Bonet se mostraba -¿aparentemente?- dubitativo respecto a que la aplicación por parte del Gobierno del artículo 155 -aprobado en consejo de ministros esa misma tarde- lograra frenar el éxodo empresarial de Cataluña.

¿Y qué medió entre una y otra declaración tan dispar que derivó en una total contundencia de la última? Pues, precisamente, el verdadero 155, una vez publicado en el BOE justo el día después, el sábado 28 de octubre, cuando entró en todo su vigor. Medidas políticas, con consecuencias económicas... ¿o vicecersa?

El caso es que quizás nadie esperaba tal contundencia en las medidas derivadas del 155 escritas en el BOE. En esencia, todas dirigidas a controlar la economía, la política tributaria y fiscal, además de los Mossos y la televisión pública que se someterán a las directrices del Gobierno central. Cada cual bajo la supervisión del Ministerio correspondiente.

Pues bien, así vistas y leídas las cosas, a mí desde luego ya no me queda la menor duda de que la economía, al final, ha sido el argumento principal que definitivamente ha llevado a Mariano Rajoy a decidir la aplicación del artículo 155. «Pido que no se vayan más empresas ni más depósitos. Esto se arreglará». Rogaba el presidente del Gobierno tan solo cuatro días antes de la aprobación en consejo de ministros del 155, y tras lograr el apoyo tanto de PSOE como Ciudadanos. Su prioridad, dijo Rajoy ese mismo día, será la «vuelta a la legalidad» así como volver a la «recuperación económica», una recuperación que se ha visto amenazada.

Hete aquí, pues, el verdadero «quid» de la cuestión. Porque en peligro estaba -y veremos hasta cuándo estará- la consolidación de una recuperación económica en el conjunto del país que se ha visto empañada en las últimas semanas y en sus expectativas futuras -mucho más desde el 1-0, el día del falso referéndum catalán- por las «faltas a la verdad» en materia económica en las que ha incurrido el independentismo para justificar sus aspiraciones. Por ello, Rajoy -también Banco de España, Autoridad Fiscal, FMI...- ha incidido en las consecuencias de una Cataluña independiente: un «empobrecimiento» de su economía, ya que perdería «entre el 25% y el 30%» de su PIB; o, el abandono de la UE y la OMC -lo que le relegaría a ser un «tercero» en las relaciones comerciales con el resto de Europa-. Todo ello «supondría una gran pérdida en términos de competitividad, crecimiento y empleo para una economía en la que el comercio exterior supone el 70% del PIB. Con su consecuente impacto en la buena marcha de la economía nacional.

¡Ni loco podría permitir Rajoy que se ponga en peligro los pactos de cumplimiento - crecimiento, déficit, empleo ...- entre España y Bruselas! ¿Entonces? Manos a la obra y 155 al canto, con ayuda de... empresarios como Bonet, de los últimos -si no el último- en decidir... ¡quedarse en su sede barcelonesa! Porque reconocida es su posición sobre el desafío independentista. De hecho, y Rajoy lo sabe -también por su liderazgo empresarial al frente de la Cámara de España- ha sido uno de los empresarios más críticos con el proceso por sus consecuencias económicas. En más de una ocasión ha pedido volver a la senda de la Constitución y no perturbar el ciclo positivo de la economía. Pues bien, tras leer el BOE (¿o ya se lo sabía antes?, la complicidad entre Bonet y Rajoy es un secreto a voces) la histórica compañía de cava decidió mantener su sede social en Barcelona, tras constatar un «cambio en los últimos días de la situación política y jurídica en Cataluña». Si la economía española no hubiera ido tan bien, quizás otro gallo hubiese cantado... La economía,la conciencia despierta del 155.

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