Draghi admite que ya no hay riesgo de deflación, pero mantiene sus medidas

El presidente del BCE critica la desregulación bancaria internacional que pide Trump

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
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El presidente del BCE volvió a defender este lunes en el Parlamento Europeo su política monetaria, a pesar de que reconoció que «las evidencias sugieren que los riesgos graves de deflación han desaparecido». Mario Draghi insistió en que sus medidas son «todavía necesarias para que las tasas de inflación converjan» y dio pistas sobre el momento en que el BCE hará girar el timón monetario, «Cuando veamos que podemos retirar los estímulos sin que se desplome la inflación subyacente, será cuando iniciemos el proceso», dijo, añadiendo que la inflación subyacente se corregirá «de forma gradual».

Draghi señaló también que «los estímulos deben mantenerse ante la incertidumbre externa que podría afectar a la estabilidad de la zona euro este año», y admitió que «la política monetaria expansiva puede hacer daño al sector bancario y pueden crear tensiones en la estabilidad financiera, aunque hasta la fecha el impacto ha sido neutral».

De sus palabras se deduce que el BCE pasará por alto por ahora el avance de la inflación y de forma muy concreta se refirió a la posibilidad de creación de una burbuja en el mercado de renta fija, un efecto de las compras del BCE del que han alertado numerosos expertos pero que «de momento no supone un riesgo», a su juicio. «Vigilamos muy de cerca los ratios de apalancamiento, que son los que realmente indican si un activo está sobrevalorado, se mantienen en niveles estables», indicó.

Si en otras ocasiones Draghi ha plantado cara a las presiones alemanas contra su política monetaria, en esta ocasión contra quien cargó abiertamente fue contra Donald Trump, que ha acusado a Europa de mantener artificialmente el euro bajo contra el dólar para facilitar las exportaciones de Alemania. «Ni el BCE ni Alemania somos manipuladores de divisas», dijo, argumentando que «nuestra política monetaria refleja la distinta posición en el ciclo económico de la eurozona y de EEUU» e instando a no subestimar el compromiso político de los europeos con el euro y con la UE. «Con la moneda única hemos forjado vínculos que han sobrevivido la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial. Esta fue, en realidad, la razón de ser original del proyecto europeo: mantenernos unidos en tiempos difíciles, cuando es demasiado tentador atacar a nuestros vecinos o buscar soluciones nacionales», recordó. «Lo último que necesitamos en este momento es una relajación de la regulación» respondió el italiano al ser preguntado por as medidas planteadas por Washington.

Lo cierto es que Alemania, el país que según Trump se beneficia del euro bajo, está pidiendo a Draghi exactamente lo contrario. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, rechazaba ayer en una entrevista las críticas procedentes de Washington, pero aprovechaba para criticar también a Draghi afirmando que la cotización del euro es «demasiado baja para Alemania». «El tipo de cambio del euro es, en sentido estricto, demasiado bajo para la posición competitiva de la economía alemana», fueron sus palabras, tras admitir que «cuando Draghi se embarcó en la expansiva política monetaria, le dije que impulsaría el superávit de exportación de Alemania» y confesando que entonces le prometió «no criticar públicamente» estas políticas, «pero ahora no quiero ser criticado por las consecuencias de esta política».

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