Previsiones para la economía española del Gobierno y la CE
Previsiones para la economía española del Gobierno y la CE - ABC

Las diferencias entre las previsiones económicas de Bruselas y España

La Comisión Europea aseguró ayer que España tampoco cumplirá el objetivo de déficit en 2016

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
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La Comisión Europea corrigió ayer los números del Programa de Estabilidad enviado por España la semana pasada y sostuvo que en 2017 tampoco cumplirá el objetivo de situar el déficit por debajo del 3% del PIB. El comisario de Economía, el socialista francés Pierre Moscovici, presentó estos datos con un énfasis particular, como si fuera una especie de venganza después de meses de disputas aritméticas con el Ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos, diciendo que por encima de lo que se sostenía desde Madrid, «en general, las previsiones de la Comisión sobre España son acertadas».

Según las previsiones de primavera de la Comisión, España (3,9%) no es el único país que estará este año por encima del límite de déficit del Pacto de Estabilidad.

Francia (3,4%), y Grecia (3,1%) estarán también en la zona de incumplimiento. Ese 3,9% de déficit este año, tres décimas por encima del cálculo del Gobierno, la Comisión prevé que caerá al 3,1% en 2017, cuando Madrid ha recalcado que espera haberlo rebajado al 2,9%.

Durante los últimos meses, desde la Comisión le decían a De Guindos que España no podría cumplir con el déficit si aprobaban medidas como la rebaja de impuestos, como se demostró con la certificación de las cuentas de 2015. Ahora, las previsiones, la Comisión contradicen la posición defendida por España, que plantea que será suficiente un año de prórroga para recolocar las cuentas en las cifras comprometidas con la UE.

El comisario no ha querido pronunciarse sobre las consecuencias políticas y legales de este pronóstico, que pueden ser la concesión de uno o dos años extra al Gobierno español para cumplir los objetivos, la posibilidad teórica de aplicar una sanción por haber desatendido las instrucciones de reducir el déficit y en cualquier caso, las condiciones que se le impondrán a España para garantizar que se embrida el déficit.

«Obviamente hay decisiones que tomar -dijo- pero abordaremos ese asunto sobre la base de lo que sabemos y sobre estas previsiones y a su debido tiempo». La agenda de la Comisión tiene esta decisión fijada para finales de este mes de mayo. Fuentes europeas habían dado a entender que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker no es partidario de imponer sanciones a un país que hasta Moscovici reconoce que ha logrado unos resultados macroeconómicos que «siguen siendo muy buenos», que tiene un crecimiento «robusto» y que entonces estará en plena campaña electoral.

Incertidumbre política

A la Comisión le parece que existe un riesgo de revisar a la baja las previsiones de crecimiento «por la incertidumbre que rodea a la formación de un nuevo Gobierno». Hace falta saber si los responsables comunitarios prefieren intervenir en medio de ese proceso con una decisión que haría de España el primer país sancionado por déficit excesivo, aunque fuera con una cantidad simbólica, o prefieren no interferir.

En todo caso, lo que no oculta ni Moscovici ni nadie en Bruselas es que España tendrá que tomar medidas adicionales de ajuste para corregir el desvío en la reducción del déficit. Cualquiera que sea la decisión que adopte la Comisión incluirá más recortes y reformas concretas que el Gobierno deberá llevar a cabo.

En este sentido, Moscovici tampoco ha querido valorar el impacto concreto que puedan tener las elecciones del próximo 26 de junio, de las que saldrá el gobierno que se verá obligado a cumplir con las medidas que sin duda serán impuestas para contener el déficit. El comisario ha insistido en todo momento en que España «deberá hacerse algunos esfuerzos más» en el plano de las cuentas públicas.

Afortunadamente, la Comisión prevé que el crecimiento de la economía española seguirá siendo «robusto». Aunque la Comisión también discrepa de los cálculos de Madrid en este aspecto y lo cifra en un 2,6% en 2016 frente al 2,7% del Gobierno, tanto fuentes europeas como el propio Ejecutivo español admiten que ese desfase de décimas puede atribuirse a criterios de interpretación de ciertas variables.

En líneas generales, las previsiones de primavera prevén que ese crecimiento se apoyará en una creación «sostenida» de empleo, la mejora de las condiciones de financiación y el mantenimiento de los bajos precios del petróleo. Aunque las cifras del desempleo europeas y españolas tampoco coinciden exactamente, las diferencias son muy pequeñas. La Comisión Europea estima en un 20% el paro en España el próximo año, frente al 19,9% que prevé el Gobierno de Madrid. Para 2018, cuando se cumplirá una década del inicio de la crisis, lo sitúa en un 18,1% mientras que Madrid calcula un 17,9%.

Al dictado de las reglas

El comisario cree que a pesar de los datos de España y Francia (el déficit de Grecia es caso aparte) «en conjunto el endeudamiento público sigue descendiendo» y España tampoco es el único país con una relación elevada e incluso sale bien parado si se lo compara con Italia (132% este año y el que viene) o Bélgica (106%). Pero lo que no quiere hacer la Comisión es dejar desbocar el déficit público, siguiendo el criterio de los que creen que la austeridad es la causa de la crisis y no al revés.

«Esta comisión, y es mi papel hacerlas cumplir, tiene reglas y esas reglas se fijaron en el Pacto de Estabilidad y en función de esas reglas se toman las decisiones». Y en todo caso, el comisario europeo insiste en que «si el déficit publico contribuyese al crecimiento, eso ya se sabría. Al contrario, hace tiempo que tengo la convicción de que la deuda pública es el enemigo de la inversión pública, cuanto más cuesta el servicio de la deuda, menos hay para las inversiones públicas».

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