Vista general de la esclusa Cocolí, Canal de Panamá
Vista general de la esclusa Cocolí, Canal de Panamá - EFE
PRIMER ANIVERSARIO

La ampliación del Canal de Panamá, la obra faraónica que naufragó en los sobrecostes

La ACP informó de que entregará un reconocimiento a los buques neopanamax que surquen el ensanche en conmemoración del primer cumpleaños

Madrid Actualizado: Guardar
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Hoy se celebra el primer aniversario de la ampliación del canal de Panamá. Hace ya un año, que el buque chino Andronikos de la naviera Cosmo, pasó por primera vez como acto inaugural de la obra que se considera una de los proyectos de ingeniería más complejo y ambiciosos de este siglo.

En junio de 2014, tras muchos altibajos en las obras, el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por la empresa española Sacyr, comenzó las pruebas y las inundaciones de las nuevas esclusas. Este periodo se preveía de cuatro meses, pero no fue hasta marzo de 2016 cuando se anunció la inaugaración para el 26 de junio de 2016.

La Administración del Canal de Panamá (ACP) informó de que entregará un reconocimiento a los buques neopanamax que surquen el ensanche en conmemoración del primer aniversario.

El responsable de la vía, Jorge Quijano, destacó que el desempeño positivo de la ampliación, por la que han transitado alrededor de 1.500 buques desde su apertura el 26 de junio de 2016, permitirá a la ACP entregar al Estado este año fiscal 1.601 millones de dólares, un 60 % más que los 1.013 millones aportados en el período anterior. Además, el promedio diario de buques que atraviesan las esclusas es de 5,9, según informa la agencia EFE.

Estados Unidos se mantiene como el mayor usuario de la vía, seguido de China, Japón, Chile y México.

«Contratiempos»

La obra faraónica de ingeniería sufrió algunas crisis que hicieron peligrar el proyecto por culpa de retrasos y sobrecostes. En 2012 tuvo lugar un paro de seis días de los trabajadores que pedían un aumento de los salarios y mejores condiciones como el pago de horas extras y contar con días libres. A pesar de la existencia de huelgas anteriores, esta fue la más importante. El asunto se zanjó con una subida del 13% de los salarios, sin embargo meses más tarde hubo nuevos paros provocados por la muerte de una trabajador, en esta ocasión reclamaban mejoras de la seguridad.

A los problemas laborales por las convocatorias de huelgas, con las consecuentes demoras, se sumaron la calidad de los materiales de construcción, como el basalto, fallas en el terreno, cambio en la normativa, condiciones geotécnicas de los suelos, etc. Estos obstáculos acabaron encareciendo la factura final de un contrato que se tuvo que variar hasta en 162 ocasiones.

Los sobrecostes del canal de Panamá alcanzaron un 75% sobre el coste inicial de 3.192 millones que se presupuestó cuando se licitó la obra en 2009, tras ser aprobada mediante un referendo en Panamá. El coste final fue de al menos 5.602 millones de dólares, según algunas agencias. La diferencia de coste de 2.410 millones de dólares que debería sufragar el gobierno panameño debido a que las condiciones de la obra que dieron en un inicio no se correspondieron con la realidad. Las empresas constructoras (además de Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la local CUSA) realizaron reclamaciones por los sobrecostes que aún no han concluido. Sacyr espera recuperar 672,4 millones de dólares que representan el 41,6% de las reclamaciones totales de 1644,8 millones.

Finalmente, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor y el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, consideraron el proyecto una «obra de éxito» a pesar de los contratiempos. Asimismo, Sacyr considera esta obra un «gran éxito tecnológico y de innovación».

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