Los contribuyentes que ganan más de 600.000 euros suben por primera vez desde 2011

Los contribuyentes que declaran rentas de más de 600.000 euros han aumentado por primera vez en tres años. El reducido club de españoles que ingresan por encima de este umbral se incrementó en 2014 un 18% hasta los 5.394 contribuyentes, 841 más que un año antes, según la estadística de la Agencia Tributaria sobre la Campaña del IRPF de 2014, con las declaraciones presentadas el año pasado. El alza de estas rentas altas ha sido superior al aumento general de declarantes del IRPF, que repuntó un 0,8% frente a 2013 hasta los 19,35 millones.

La economía española volvió a crecer en 2014, lo que se reflejó en que subió el número de contribuyentes de IRPF, especialmente los que más ganan.

Pese a ello, el número de rentas superiores a los 600.000 euros está lejos del nivel que había antes de la crisis. En 2007 sumaban 10.580 personas con ingresos por encima de este umbral y desde entonces la cifra ha caído un 49%: siete años después 5.186 personas han salido de este reducido club.

El perfil de estos cuantiosos rendimientos, sin embargo, ha cambiado. Son más, pero ganan menos. De los 5.394 contribuyentes con rentas de más de 600.000 euros, 4.488 proceden de rendimientos del trabajo y declararon ingresos de 2.776 millones de euros, es decir, cada uno de ellos ganó de media 618.543 euros, lo que supone una caída frente a los 679.595 del año anterior. Asimismo, la mayor parte del alza de altos contribuyentes que se produjo en 2014 se dio por un aumento en las rentas del trabajo, y no por los ingresos percibidos en la base del ahorro. Es decir, el número de estas rentas altas no aumentó tanto por rentabilidades en Bolsa u otras inversiones sino vía salarios.

La estadística es una foto de los contribuyentes que había justo antes de que entrara en vigor la reforma fiscal. Hasta 2014, los tipos para los ingresos superiores a 300.000 euros eran del 52% siguiendo la tarifa estatal, pero podían llegar al 56% en comunidades como Cataluña o Andalucía. Este tipo bajó al año siguiente por debajo del 50% por la reforma fiscal.

Curiosamente también aumentó el número de contribuyentes que ingresan entre 150.000 y 600.000 euros, un 7,7%, hasta los 58.871 contribuyentes. Desde 2007, este colectivo ha caído un 34%. Los que declararon ingresos de cero euros o negativos, debido a pérdidas patrimoniales o rentas empresariales adversas, también subieron con fuerza. En su caso, el alza fue del 5% hasta los 411.377 contribuyentes.

Como fuere, en general todos los tramos engordaron en 2014 el número de declarantes, salvo los que van entre 6.000 y 12.000 euros, que se redujeron un 0,12% hasta los 3,6 millones de personas. Al comparar con 2007, si bien se ha recuperado el nivel de contribuyentes desde entonces (en 2014 se registraron un 3,5% más) y de ingresos declarados (un alza del 3,9%, hasta los 379.578 millones de euros), hay menos contribuyentes con rentas superiores a los 60.000 euros y más contribuyentes en el resto de tramos –salvo los que van entre 12.000 y 21.000 euros–. El crecimiento se ha dado, sobre todo, en los tramos más bajos.

¿Cuántos españoles ganan más de 60.000 euros, un umbral que para Podemos distingue a las rentas altas? 607.337 personas, un 3% de los 19 millones de contribuyentes. Eso sí, a ojos de la recaudación este grupo eleva su influencia al ser responsable del 31% de los 73.000 millones de recaudación del tributo. Estos 607.337 españoles pagan casi tanto IRPF como los 2,8 millones de contribuyentes que ingresan entre 30.000 y 60.000 euros, lo que refleja la progresividad del impuesto.

Un impuesto de rentas medias

Al analizar la distribución por contribuyentes se observa que el IRPF es un impuesto de rentas medias. Tres de cada cuatro contribuyentes declaran ganar menos de 30.000 euros anuales y tres de cada cinco no llegan a 21.000, si bien la estadística incluye ingresos que van desde salarios o pensiones a inversiones pasando por sueldos de trabajos eventuales. La mayor parte de los declarantes, unos 4,87 millones, ganan entre 12.000 y 21.000 euros.

La recuperación también se dejó ver en los ingresos declarados en rentas del trabajo. De media, los españoles ganaron 21.768 euros, es decir, 33 euros más que un año antes.