Apple I subastado hace una semana en Colonia
Apple I subastado hace una semana en Colonia - AFP

El coleccionismo del siglo XXI

Walkmans, vinilos y móviles de los años noventa se abren paso en las plataformas de comercio electrónico

Madrid Actualizado: Guardar
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La ciudad alemana de Colonia fue testigo la semana pasada de una particular subasta. Un Apple I, un ordenador de hace cuarenta años, fue vendido por 110.000 euros. En declaraciones a la agencia de noticias Colpisa, Uwe Breker, el encargado de la estimación de bienes que organizó la venta, parecía ligeramente decepcionado. «El furor se ha normalizado», declaró. Había previsto una puja de entre 180.000 y 300.000 euros por este producto.

No ha sido la primera, pero sí la última subasta «tecnológica» que se ha celebrado. La revolución tecnológica ha avanzado rápido que muchos productos han pasado de los «stands» de las tiendas a las estanterías de los coleccionistas en pocos años. Incluso esta práctica se ha visto influenciada por la digitalización: el soporte, el público y las «piezas» han cambiado.

Las ventas de cassette crecieron a un ritmo del 40% en Amazon España en el último año. Las de vinilos llevan 4 años creciendo al 80%. Todo ello por no hablar de móviles de los noventa, walkmans o Game Boys. Algunos de ellos alcanzan un valor de miles de euros en la Red.

¿A qué se debe este «boom»? Beatriz Toribio, responsable de estudios de Vibbo, asegura que estos productos tecnológicos se han convertido en «algo tan exclusivo que son mucho más valorados», tanto en el mercado físico como en las plataformas de segunda mano virtuales. La diferencia es que este último soporte representa un «método práctico que ahorra mucho tiempo» a estos particulares coleccionistas. «Con un breve click se puede acceder a productos de todo el mundo», asegura.

«Podemos decir que, si algo existe, muy probablemente esté en eBay»

La universalidad es una característica que también destaca Maite González, directora de Marketing de eBay en España, para explicar este nuevo hábito de compra. «El alcance global de la plataforma hace posible encontrar esos artículos en cualquier parte del mundo. Se amplían las posibilidades para encontrar esos pequeños tesoros para completar las colecciones, o incluso dónde encontrar potenciales compradores», explica.

Las plataformas son conscientes de esta ventaja respecto al resto de soportes. Y la fomentan. Ya sea a través de particulares o de pequeñas empresas. «Podemos decir que, si algo existe, muy probablemente esté en eBay», destaca González. Desde Amazon añaden que «quizás los productos de coleccionista no son los más vendidos, pero queremos tenerlos a disposición de nuestros clientes porque nuestra filosofía es que los consumidores puedan comprar todo aquello que deseen».

El vinilo, uno de los triunfadores

Muchos de estos clientes simplemente desean rememorar recuerdos de su infancia. Están familiarizados con la tecnología y cada vez se fían más de ella. Del mismo modo, los «vendedores» tienen cada vez más en cuenta el valor que puede tener uno de estos productos en internet. «En Vibbo contamos con un sistema de cualificación y un equipo dedicado exclusivamente al control del contenido que se vuelca a la web», destaca Toribio.

Los sellos y monedas de antaño son hoy polaroids y vinilos. Los mercados tradicionales ahora se complementan con la Red. «Internet es un mercado grande y accedes a copias que difícilmente puedes encontrar en la tienda. Eso sí, debes tener cuidado por si luego no te llega lo que habías comprado», afirma Juan Carlos Vilella, director de la XI Feria Internacional del Disco de Madrid, celebrada hace escasas semanas.

«Hace 8 o 9 años en las ferias se vendía el 90% de discos y el 10% de vinilos. Ahora es al revés. La gente se ha dado cuenta de la diferencia de sonido entre ambos. E internet se ha convertido en una herramienta más para fomentar esta difusión», concluye. Las subastas de ordenadores, por el momento, encajan perfectamente con las ferias de discos.

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