Caixa Geral se encomienda al presidente del grupo Peugeot Citroen

La presión que llega desde Italia, con la gravísima situación de la banca de Roma y Milán, hace que Portugal quiera tomar las medidas oportunas para evitar el colapso del también maltrecho sector financiero.

Caixa Geral de Depósitos (CGD) es el primer banco del país vecino, pero su carácter público convierte sus necesidades de recapitalización en un verdadero drama económico si se confirma la losa de 5.000 millones de euros que precisa.

Su nuevo presidente, António Domingues, se encomienda a un nuevo hombre fuerte en el Consejo de Administración para reflotar la entidad. Se trata de Carlos Tavares, el presidente del grupo Peugeot Citroen, que es portugués y acumula una amplísima experiencia internacional, además de aportar contactos de alto nivel en el ámbito del automóvil.

Pero, sobre todo, dar la vuelta a empresas en apuros se ha revelado como su gran especialidad, tal como demostró anteriormente al frente de Renault-Nissan. Allí logró que la firma entrara en beneficios en un corto periodo de seis meses, después de cinco años en números rojos.

Unos datos incuestionables que doblaron su sueldo, motivo de polémica en Francia, donde ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria desde que llegó a París con 17 años. Y es que este gestor políglota —habla perfectamente portugués, francés, inglés y español— cobra 5,24 millones de euros al año.

Ahora se convierte en la gran esperanza para CGD. Mucho más si tenemos en cuenta que el Banco Central Europeo ha solicitado al Gobierno socialista de António Costa que busque alternativas a la urgencia de recapitalización pública para intentar amortiguar el coste para los ciudadanos.