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Mario Draghi, presidente del BCE - ABC

El BCE reduce los tipos hasta el 0% y aumenta la compra de deuda

El organismo presidido por Mario Draghi adquirirá bonos emitidos por empresas además de deuda soberana

Berlín Actualizado: Guardar
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Draghi se lanza a la lucha contra la deflación por tierra, mar y aire. El BCE no solamente prestará dinero gratis, al reducir los tipos de interés hasta el 0%, sino que seguirá inundando el mercado incluso con más liquidez que durante el último año, con un presupuesto mensual para su programa de compra de bonos de 80.000 millones de euros, en lugar de los 60.000 que empleaba hasta ahora.

Además incluirá en adelante la compra de bonos corporativos, recorta la facilidad marginal de crédito, a la que presta el dinero a un día, al 0,25% desde del 0,30%, y, por si fuera poco, amplía la sanción que suponía ya la tasa de depósito, lo que el BCE cobra a los bancos por dejar que aparquen dinero en sus cuentas, desde el anterior -0,3% hasta el -0,4%.

Apenas ha hecho públicas estas medidas, las bolsas europeas se han lanzado a un rally desbocado que sin embargo ha durado solo unos minutos, el menos en el caso de Fránkfurt. Exactamente los minutos necesarios para que los inversores se preguntasen a sí mismos si realmente la situación de la economía europea, o de los bancos o de la inflación… es tan tremendamente mala como para justificar semejante despliegue. Y la respuesta de Draghi no deja de ser estremecedora: «Si nos diéramos por vencimos, tendríamos una deflación que incrementaría el valor real de la deuda», ha asegurado el presidente del BCE.

¿Los alemanes han votado esto?, era la segunda pregunta que se pasaba por la cabeza de los analistas de la zona euro. La cuestión es que el sistema rotativo de votos de los miembros del Consejo determinaba que en esta reunión no tuviese voto el presidente del Bundesbnk, Jens Weidmann, tremendamente crítico con políticas mucho menos agresivas que esta. Quien no esté dispuesto a prestar oídos a los alemanes, podría escuchar al menos al consejero ejecutivo de BBVA y ex miembro del consejo de gobierno del BCE, José Manuel González-Páramo, que hoy mismo ha advertido sobre el riesgo de que la política monetaria se agote y no surta el efecto deseado en la economía real. González-Páramo ha subrayado que seis o siete euros de cada diez que toman prestados las empresas vienen de la banca, y que no se puede poner en riesgo la cuenta de resultados de los bancos presionando sus márgenes porque entonces dejarán de dar crédito, pero Draghi no está de acuerdo y considera que “no hay peligro” de que llegue el momento en que los tipos de interés bajos no favorezcan el crecimiento económico.

Y el BCE no piensa parar aquí. En la rueda de prensa posterior a la reunión, Draghi ha abierto incluso la puerta a tipos negativos en la zona euro, al señalar que los tipos "seguirán al nivel actual e incluso más bajos" durante un periodo prolongado. Eso sí, ha matizado que con los datos actuales no ve lugar para recortes adicionales y se ha inclinado más a favor de nuevas medidas no convencionales.

Con su discurso, Draghi no solamente está cambiando la normas más básicas de la economía, esa que dice que el dinero no es gratis, sino que además renueva los códigos comunicativos de su política. “Hoy hemos mostrado que no estamos quedándonos sin munición”. Esta declaración de intenciones es la última versión de su famoso “lo que sea necesario”. Y ni con esas cosigue satisfacer a los insaciables mercados, según el análisis del gestor John Benett, que ha añadido que “el BCE debería haber anunciado también la adquisición de activos bancarios para contentar verdaderamente al mercado”.

Yendo más al detalle del anuncio, Draghi ha explicado que la ampliación del programa de compra de activos tendrá efecto a partir del próximo mes de abril y contemplará la adquisición de bonos denominados en euros con grado de inversión emitidos por las sociedades no bancarias establecidas en la zona del euro. Es decir, el BCE comprará bonos corporativos de alta calidad, unas operaciones que se realizarán alrededor de "finales del segundo trimestre". Por otra parte, habrá una nueva serie de LTRO (préstamos de liquidez a la banca a muy largo plazo), cada uno de ellos con una duración de cuatro años, a partir de junio de 2016. El interés de estos créditos podrá reducirse hasta un mínimo del -0,4% y el último de ellos tendrá lugar en marzo de 2017.

Los datos macro sobre los que se toma este rosario de decisiones con una previsión de PIB recortada en tres décimas, hasta el 1,4%, y recortada en nueve décimas en el caso de la inflación, hasta el 0,1% para este año. Draghi ha realizado su consabido llamamiento a los gobiernos a que sigan haciendo reformas, pero en la medida en que permite su financiación gratuita el mensaje parece contradictorio. Sigue prometiendo una recuperación económica “a ritmo moderado”, pero incluso en ese punto su mensaje pierde credibilidad. No en vano, fue Draghi el que se pasó muchos meses repitiendo que “Europa no es Japón” y que no veía peligro de deflación a medio y largo plazo. Su credibilidad, especialmente mirando a Japón, claramente se debilita. Cuando el Banco de Japón anuncia tipos negativos, el yen se debilita y el Nikkei sube, pero al día siguiente la situación vuelve a su cauce.

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