El presidente de la junta directiva de E.ON, Johannes Teyssen
El presidente de la junta directiva de E.ON, Johannes Teyssen - AFP

El apagón nuclear alemán hunde en pérdidas al sector energético

La empresa alemana de energía Eon ha presentado esta semana las mayores pérdidas de su historia, 7.000 millones de euros

Berlín Actualizado: Guardar
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La empresa alemana de energía Eon ha presentado esta semana las mayores pérdidas de su historia, 7.000 millones de euros netos en 2015. La explicación oficial alega millonarias amortizaciones por la caída de los precios de la energía y la revisión a la baja del valor de sus plantas de carbón y de gas debido al auge de las fuentes renovables. Lo cierto es que la empresa ya arrastraba pérdidas de 3.200 millones de euros en 2014 y está revisando sus perspectivas de negocio a largo plazo en vista del deterioro de las condiciones del mercado.

Otra compañía alemana de suministro energético, RWE, ha presentado también pérdidas netas en de 170 millones de euros, frente al beneficio de 1.704 millones de euros en 2014, por lo que está a punto de lanzarse a una reducción de 2.400 empleos para tratar de frenar la ganancia operativa del grupo de un 4,5 %, hasta 3.837 millones de euros, en comparación con 2014.

La directiva propondrá además a la junta general de accionistas del próximo 20 de abril suspender el dividendo ordinario y reducir notablemente el que se distribuye a los accionistas preferentes hasta los 0,13 euros por acción.

«Una decisión nada fácil», en palabras de su presidente, Peter Terium. Más allá de la fotografía instantánea que recogen estos dos informes de resultados, el trasfondo del sector presenta las consecuencias de no adaptarse lo suficientemente rápido al cambio de política energética en Alemania. Recordemos que tras la explosión de la central de Fukushima en Japón, ocurrida el 11 de marzo de 2011, el gobierno de Berlín fijó el apagón nuclear en 2022 y a fecha de hoy mantiene como objetivo que en el año 2050 el 80% de la electricidad consumida en el país provenga de energía eólica y solar; que ahora generan alrededor del 20%.

Eon y RWE, seguramente las empresas más afectadas, están reorganizándose para resistir este cambio de era. Eon mantendrá este año su dividendo de 50 céntimos por acción, pero se escindirá en dos empresas independientes, una de energías convencionales, que llevará el nombre de Uniper y estará asentada en Düsseldorf, y otra de energía de fuentes renovables que seguirá firmando como Eon y tendrá su central en Essen. La división será sometida a votación en la asamblea de accionistas que se celebrará en junio.

Posteriormente, Uniper será lanzada a Bolsa. También RWE separará sus actividades para renovables y generación convencional con el objetivo de mitigar las pérdidas de valor en bolsa, un mal que afecta de forma generalizada a todo el sector. Desde sus máximos históricos y durante la transición energética, E.on se ha hundido un 95% y RWE un 90%.

«Nuestros números reflejan la transformación estructural de largo alcance que experimenta nuestra industria», alega el presidente de la junta directiva de E.on, Johannes Teyssen, recordando que las depreciaciones en activos de las centrales eléctricas de generación convencional alcanzaron los 8.800 millones de euros debido a que sus perspectivas de rentabilidad han empeorado enormemente por la caída de los precios mayoristas de la electricidad.

Los objetivos estatales del Energiewende, transición energética, son a grandes rasgos una reducción de las emisiones de CO2 del 40% en el 2020, con respecto a los niveles de 1990, y del 80-95% en el 2050. Como la producción de energía eléctrica emite el mayor volumen de gases de efecto invernadero, el objetivo es producir en 2025 un 40-45% mediante renovables, un 55-60% en 2035 y un 80% en 2050.

En el año 2015 se ha producido un 33%. También se proponen, respecto a los niveles de 2008, una reducción del consumo de electricidad del 10% para el 2020 y del 25% para el 2050. La aceptación social y política de estas medidas es tan alta que el Energiewende se percibe como irreversible.

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