Amparo Moraleda, expresidenta de IBM España
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El nombramiento de Moraleda abre una brecha entre Airbus y el Gobierno español

España, Alemania y Francia votaron en contra de su elección como consejera, en sustitución de Josep Piqué

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Los accionistas de Airbus aprobaron ayer el nombramiento de Amparo Moraleda como consejera independiente no ejecutiva de la compañía en el puesto que le corresponde al Estado español. Durante la celebración de la junta de accionistas que tuvo lugar en Ámsterdam (Holanda), ciudad en la que el consorcio aeronáutico tiene su sede, la compañía oficializó la elección de la expresidenta de IBM España en sustitución de Josep Piqué, quien, tal y como estaba previsto, presentó su dimisión.

La decisión, sin embargo, se encontró con la oposición del Gobierno español, que controla un 4,2% del capital por medio de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Francia y Alemania también se posicionaron en contra, no porque Moraleda no fuera de su agrado, sino por el procedimiento utilizado para su elección, ya que no se les consultó.

Los tres países representan cerca de un 26% del accionariado.

Fuentes de la SEPI indican que el Gobierno había elegido a Belén Romana, expresidenta de la Sareb, para suceder a Piqué. Moraleda, finalmente, se impuso tras recabar el apoyo del 59,6% del capital (era necesario un 50% para certificar el nombramiento).

El Ejecutivo español mostró, sin ambages, «su malestar» por el nombramiento de quien fue una de las empresarias de referencia para el anterior presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y que, incluso, llegó a sonar como ministra durante la etapa de gobierno socialista.

La empresa pública presidida por Ramón Aguirre, apuntaron estas mismas fuentes, dio a conocer al consorcio aeronáutico «su malestar» por «el procedimiento, los usos y las prácticas» empleadas por el consejo de administración de la compañía «para imponer su voluntad en contra de los deseos de los principales accionistas».

El holding subrayó que «su sentido del voto» fue «negativo al considerar que se ha tergiversado el espíritu de las reglas de buen gobierno de la compañía» y tildó de «inaceptable» la «actuación del consejo de Airbus al no hacer posible la aplicación de los artículos del acuerdo de accionistas». Advierte, en este sentido, que los proyectos del consorcio se podrían ver dañados si se deteriora la relación entre el órgano ejecutivo de la compañía y sus accionistas de referencia. Así, el Estado español reclamó «facilitar y estrechar el diálogo entre la empresa y las diferentes instituciones al tener grandes intereses estratégicos que se pueden ver afectados por las decisiones que adopta la compañía».

Airbus, por su lado, se limitó a expresar su satisfacción por el respaldo de la mayoría de los accionistas a Moraleda y replicó a Efe que «esta votación subraya la independencia del grupo».

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