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Las lesiones tiñen de dudas el calendario de Nadal

Baja también en Acapulco, podría no jugar en Indian Wells y Miami para centrarse en la gira de tierra

Rafael Nadal, el pasado martes en Acapulco EFE
Laura Marta

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Consciente cada vez más de lo que requiere su cuerpo, Rafael Nadal atiende a sus llamadas con precaución y paciencia infinitas. En ello le va mantener su carrera lo más larga y próspera posible, aunque tenga que sufrir ausencias y abandonos por el camino, como el de ayer en Acapulco antes de debutar con Feliciano López.

Había pasado un mes desde su último salto a la pista. En los cuartos de final del Abierto de Australia, donde también cedió ante su cuerpo y ante Marin Cilic en un partido a cinco mangas que no terminó y que lo dejó tocado en el músculo psoas ilíaco. Ese mismo dolor es el que lo apea del torneo mexicano. «Sentí algo en el entrenamiento con Adrian Mannarino. Tengo que seguir haciéndome pruebas para que se vea exactamente qué es, pero el lugar es el mismo donde me pasó lo de Australia », anunciaba el balear. Otro pinchazo, otro bajón en su calendario. Uno más desde finales de 2017.

Indian Wells, en el aire

Tras perder la final de Shanghái, el balear notó el desgaste de un regreso magnífico con seis títulos, Roland Garros y US Open entre ellos. Abandonó en cuartos de París-Bercy y solo jugó un encuentro en la Copa de Maestros. Alargó su descanso invernal sin acudir a Abu Dabi ni a Brisbane y preparó el primer Grand Slam del año con algunos partidos de exhibición . A pesar del buen tenis mostrado en las primeras rondas en Melbourne, el pinchazo en el psoas ilíaco lo apartó con premura de su primera gran meta del curso.

Más de un mes después, con descanso y vuelta progresiva a los entrenamientos, las intenciones de Nadal vuelven a verse alteradas por un cuerpo castigado que quiere cuidar en la medida que le deje su ambición (se deja 300 puntos en Acapulco). Está a tiempo para reconducir los objetivos. Y aunque el de Manacor asegura que el principal es saber el alcance de la lesión y recuperarse. Por eso, también estará pendiente del consejo médico. «Hoy no es realista hablar de si puedo llegar o no a Indian Wells (8 de marzo). Porque también hay un riesgo de aumentar la lesión», afirmaba. Una señal que podría impulsarlo a evitar castigarse más en los torneos de pista rápida y aterrizar en la tierra, su refugio, su reino, su paraíso.

Es sobre el polvo de ladrillo donde Nadal se siente fuerte, cómodo y a salvo de pinchazos inoportunos. El 14 de abril comienza Montecarlo, donde defiende su undécimo título, como también en Barcelona; antes de intentar levantar triunfos en Madrid y en Roma. Y, en rojo, por supuesto, alargar su hegemonía en la tierra soñada de París.

Pero antes de soñar, el balear volverá a pasar hoy por pruebas médicas para confirmar el diagnóstico y actuar en consecuencia. El cuerpo le reclama otro triunfo en paciencia y resignación.

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