Wimbledon

Federer no baja la velocidad

El suizo alcanza las semifinales tras deshacerse con holgura de Gilles Simon en tres sets (6-3, 7-5 y 6-2) y se medirá a Murray

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El viento, la lluvia, los parones... nada interrumpe su rutina: buen saque, seguridad atrás y buena resistencia en la red. Es lo que hace que Roger Federer sonría por quinta vez esta semana en Wimbledon. Aquí, donde ha ganado siete veces, se encamina con seguridad y soltura a la semifinal después de batir a Gilles Simon en hora y media (6-3, 7-5 y 6-2).

Solo una rotura le bastó para hacerse con comodidad del primer set. Simon, otrora tenista molesto -ganó los dos primeros choques entre ambos, en 2008-, no encontró su tono para luchar con un Federer que se vuelve a gustar sobre el verde londinense. Suelto y rápido, atajó con prontitud el ataque a la pelota, y atenazó al francés.

Más dificultades le presentó en el segundo parcial, cuando el suizo cometió más errores. Tantas, que lideraba el set por 5-3 y a punto estuvo de jugarse el tie break. Con 5-4 y saque, Federer se enredó en tres errores consecutivos, con la única doble falta del encuentro incluida. Perdió el servicio, cortando una racha de 116 juegos consecutivos, pero no la confianza. Recuperó lo que había perdido con buenos restos y la lluvia puso la intriga al tener que parar el encuentro con 6-5 y 15-0 a favor del número 2 del mundo.

Fue el único suspense proque con el sol, Federer comenzó a tener prisa. No quería volver al vestuario sin los deberes hechos. «Los parones son duros, pero creo que los he usado en mi beneficio, me han ayudado más que perjudicado». Sin error, cerró a Simon la puerta del desempate, la oportunidad de luchar por igualar el partido.

El francés se estrelló con ese golpe. El tercer set, casi sin oposición, se lo llevó el ganador de 7 Wimbledon, con dos roturas, un buen puñado de saques directos -logró 11 en total- y de golpes ganadores -36-. Federer comanda el cara a cara por 6-2 con el francés, y vuelva hacia la semifinal contra Andy Murray, que venció a Vasek Pospisil (6-4, 7-5 y 6-4). La historia dice que cada vez que el suizo alcanzó esta ronda, también jugó la final.

Reedición de la final de 2012

«Si hubiéramos sabido antes de jugar que en aquel verano iba a ganar Wimbledon y él los Juegos Olímpicos, creo que lo hubiéramos firmado», rememoraba Federer sobre la final de 2012. Un choque en el que se coronó por séptima vez en la Catedral ante Andy Murray, su rival en la semifinal del viernes.

El escocés, ídolo local, superó a Vasek Pospisil por 6-4, 7-5 y 6-4. «Siempre he jugado bien aquí, pero el viernes será difícil», aseguraba contento por haberse aclimatado bien a los parones por la lluvia. «Conozco a Federer muy bien. Hemos ido juntos a entrenarnos, pero el viernes será otra historia». Una muy competida por el suizo y el escocés han debatido sobre la pista en 24 ocasiones y Federer gana en el cara a cara apenas por una victoria (12-11). Las tres últimas, todas en 2014, fueron para el número 2: cuartos del Abierto de Australia (6-3, 6-4, 6-7 (6) y 6-3); cuartos del Masters 1.000 de Cincinnati (6-3 y 7-5) y rondas iniciales en la Copa de Maestros (6-0 y 6-1).

Pero sobre el tapete, se enfrentaron en 2012 dos veces en menos de un mes. La primera, en julio, se la llevó Federer, con su séptimo Wimbledon (4-6, 7-5, 6-3 y 6-4). Ya en los Juegos Olímpicos, fue Murray el que levantó el oro (6-2, 6-1 y 6-4). El viernes habrá un nuevo capítulo, aunque el premio solo será otro partido, el último.

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