Paula Badosa, con el trofeo de campeona júnior de Roland Garros
Paula Badosa, con el trofeo de campeona júnior de Roland Garros - AFP
Roland Garros

Paula Badosa, campeona júnior en Roland Garros

La española, que tiene un estilo diferente, gana a Kalinskaya en la final. «Puede aspirar a lo máximo», apunta Xavi Budó, su entrenador

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Hay campeón español en París, campeona en este caso. Paula Badosa Gibert, de 17 años, se ha impuesto este sábado en la categoría júnior, confirmando los buenos presagios del tenis femenino. Queda en un segundo plano el triunfo para la afición porque es en una división inferior, pero va bien insistir y recordar el nombre de una tenista diferente, una española agresiva con un futuro alentador: Paula Badosa Gibert, una joya que lo tiene todo.

Se impuso en la final a Anna Kalinskaya, rusa estilizada que tiene un agujero con su saque y con la derecha. Badosa, más formada en todos los sentidos, controla la situación con maestría en la pista 2, directa hacia un título que le convierte en algo más que una promesa.

Tiene derecha, un buen primero, ataca con el revés desde dentro de la pista y se comporta bien, aunque quizá por ahí falte algo de trabajo, sin que sea un reproche en un día tan especial.

«¡Piernas, piernas!», le exclamaban desde su palco, amenazados permanentemente por una juez de silla quisquillosa que les amonesta a la primera por dar consignas. Badosa, enérgica en la pista, se motiva con gritos y puños y va derritiendo a una rusa muy rusa, fría en los festejos y todavía un poco verde. La pelea es desigual y el mérito le corresponde a la catalana, que lleva la voz cantante.

Badosa, que suma diez puntos más en la final, se beneficia también de la tormenta de dobles faltas de Kalinskaya (nueve) y ataca con el resto. Maneja el escenario con sobriedad y, pese a desperdiciar su saque cuando tenía 5-2, resuelve en una hora y nueve minutos e iguala el éxito de Lourdes Domínguez Lino de 1999.

En la grada, más allá de los alientos de la familia y de su equipo (se entrena con Xavi Budo y le ha acompañado Víctor Carceller en París), ilustres españoles siguiendo su evolución. Están Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero, campeones en esta tierra bendita, y Conchita Martínez, capitana de la Copa Federación que tiene mucha ilusión depositada en Badosa.

«Es una jugadora joven, con muchísimo potencial, que tiene una idea clara de jugar al tenis. Me la llevé como sparring a la Copa Federación porque veía que era una de las chicas a seguir. Me gusta mucho porque tiene variedad, pero también mucha potencia. Tiene un primer saque potente, la segunda varía muy bien, cuando está a la defensiva puede salir por arriba... Y también con el revés puede entrar y salir de la pista y es difícil a esa edad tener tanta idea de cómo jugar a la bola. Es joven y va a tener oportunidad de seguir mejorando», sostiene la seleccionadora.

Badosa, que nació en Nueva York e idolatra a Maria Sharapova, ya estuvo fogueándose en la selección durante la serie contra Argentina y dejó buena impresión. «Es una chica con buen carácter. No fue individualista cuando estuvo en la Copa Federación. Disfrutó de la experiencia y quizá en la pista tiene que seguir mejorando. A veces se le ve cabizbaja, pero todos hemos pasado por ahí. Con el juego que tiene, y si mejora cosillas, será muy buena».

Su figura invita a pensar en ello. «Tiene 17 años y ya juega muy bien. Y lo ha hecho también en el circuito profesional. Ha de trabajar la variedad de golpes, en mantenerse positiva. Irá aprendiendo con experiencia y con los años, pero un 10», añade Conchita Martínez, entusiasmada con los recursos de una española diferente.

«Está muy bien ser agresiva. Ella tiene un revés muy bueno para acabar puntos. Con la derecha la envuelve más, pero es muy buena esa variedad porque le va la bola pesada para echar atrás a las rivales. Y cuando está dentro tiene ángulos, invierte de derecha... Tiene mucha idea».

Y todo lo suscribe, quizá con más entusiasmo si cabe, Xavi Budó, su entrenador. Le tiene una fe tremenda y lleva cinco meses puliendo a una raqueta de enorme porvenir. «Desde el día en el que me llamó Albert Molina (representante de Badosa) confíe en Paula. Esta niña no tiene límites porque le apasiona el tenis y tiene de todo. Envergadura, atrevida, es valiente... Tiene un hambre feroz por ser cada día más buena y lo busca de verdad».

El técnico, con una sonrisa de oreja a oreja, tiene ahora la misión de moldear a una chica poderosa. «A sus 17 años, tiene un estilo parecido al de Victoria Azarenka o Maria Sharapova. Ojo, con todo lo que conlleva su edad... Pero lo que le hace diferente es que puede jugar a tres tiros o cambiar de estilo. Tiene plan A y plan B, puede aspirar a lo máximo».

Badosa se abre paso, feliz con la gesta por mucho que sea en categoría júnior. «Es increíble. Soñaba con esto a principios de la semana y conseguirlo es perfecto No se gana todos los días un Grand Slam».

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