La acción se produjo en el momento en el que Cristiano remataba el sexto gol del Madrid, en el minuto 84. Schar intentó evitarlo y le propinó una patada cerca de la ceja. La brecha comenzó a sangrar de forma abundante, y el portugués tuvo que retirarse al vestuario para recibir atención médica.
La anecdota la provocó Cristiano al pedir al médico de su equipo un teléfono móvil para ver la gravedad de la herida. Sin más cambios disponibles, el equipo blanco jugó con diez el resto del partido.
Cristiano pidió un móvil para ver cómo sangraba su brecha
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