Champions | Real Madrid-PSG

La lección de Zidane a Unai

El técnico francés clavó su plan del minuto uno al noveta y Emery solo supo justificar la derrota en la actuación del árbitro

Emery, saludando a Zidane antes del inicio del partido AFP
Rubén Cañizares

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Dos meses hablando de una eliminatoria de futbolistas y la realidad en que llegados al ecuador del envite, el primer acto llevó la rúbrica en mayúsculas de Zinedine Zidane. El entrenador blanco, criticado en numerosas ocasiones por su supuesta falta de ideas a la hora de preparar los partidos, le dio una lección táctica a Unai , el estratega del fútbol para muchos gurús del deporte rey. Anoche, el técnico vasco justificó el 3-1 en las decisiones arbitrales, dejando de lado la autocrítica, y Zidane se limitó a no sacar pecho y darle todo el mérito a sus jugadores: «No hemos merecido este resultado. Jugamos con personalidad pero el árbitro no ha ayudado. La tendencia ha sido a favor del Madrid desde el primer minuto. Creo que el penalti del Madrid no era claro. La mano de Ramos sí la era y hay falta a Kimpembe en el segundo tanto de Ronaldo», explicaba Emery en la sala de prensa del Bernabéu con el gesto contrariado.

Su mensaje no fue excepcional, también Al-Khleaïfi, el presidente del PSG, mostró su enfado con el italiano Rocchi: Los errores del árbitro nos han costado mucho. El árbitro ha ayudado al Madrid

Zidane, feliz pero prudente

Las explicaciones de Zidane estuvieron muy lejos de las de Unai y el jefe del PSG, obviando sus lamentos y ensalzando los noventa minutos de su equipo: «El nivel de satisfacción es muy alto. Hay que estar muy orgullosos de este equipo. Todos con su papel hemos hecho un partido perfecto. Del minuto 1 al 90. Incluso después del gol en contra hemos seguido jugando, presionando arriba, y al final conseguimos este buen resultado».

El técnico blanco fue valiente de principio a fin. Sacó a Isco en el once, dándole empaque al centro del campo, y dejó a Bale en el banquillo. Después, con los cambios, leyó perfectamente el cansancio del PSG y con Bale, Lucas y Asensio le puso la pimienta necesaria para consumar la remontada: «El Real Madrid no tiene doce Copas de Europa por casualidad. Hoy hay que estar contentos y es normal que tengamos algo de euforia, pero queda un partido de vuelta muy duro y sufriremos».

El papel de la afición también fue crucial. Desde la quedada en la plaza de los Sagrados Corazone s, hora y media antes del inicio del partido, hasta el arreón final, embutidos en el espíritu de Nadal, ausente en cuerpo pero no en espíritu: Una pancarta gigante en el fondo sur, con la imagen más características del balear, puño cerrado y brazo en señal de victoria, puso el miedo escénico en el Santiago Bernabéu. Junto a la icónica imagen, un lema: «El madridismo nunca se rinde. ¡¡¡Vamos Real!!!». Simbiosis perfecta.

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