Muere Luis SalomEl lado más humano de un campeón

Luis Salom fue no solo un apasionado de las motos desde su más temprana infancia, sino también una persona siempre solidaria y dispuesta a ayudar

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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La Noche de Reyes del pasado 5 de enero fue muy especial para los niños ingresados en el Hospital Quirón Salud Palmaplanas de la capital balear. En lugar de recibir la tradicional visita de Melchor, Gaspar y Baltasar, recibieron la inesperada visita de Luis Salom, acompañado no de un camello, sino de su inseparable moto. Aquel día, los pequeños pudieron charlar con Luis y subirse a su moto, mientras él les hacía regalos o firmaba autógrafos. Fue como un Rey Mago más.

«Mañana ya vienen los Reyes Magos y para los niños de aquí han venido con un poco de antelación», explicó entonces el piloto, siempre amable, al canal autonómico IB3. «Les hemos traído algunos regalos, y sobre todo hemos querido venir a verlos, visitarlos», señaló también, al mismo tiempo que comentó la anécdota más curiosa que vivió en aquella jornada tan especial: «Ha habido un niño que salía de la habitación, ha visto la moto y ha empezado a decir "¡moto, moto, moto!".

Es muy pequeño, tres años tendría, y la verdad es que me ha chocado mucho».

Quizás recordase Luis en aquel momento la primera vez en que él mismo se subió también a una moto, con apenas dos años de edad. «Ya no pudo bajar», recordaría muchos años después su madre, María Horrach, en un reportaje sobre la trayectoria deportiva de su hijo. Es cierto que algo de tradición familiar previa había ya, pues el abuelo de Luis también había sido corredor y años después abrió una tienda de motos.

«Es una persona muy creyente, tiene su ritual, reza antes de las carreras», explicó su madre en aquel reportaje. En las temporadas que Luis pasaba en Mallorca, entrenaba en el circuito del municipio de Llucmajor, bajo la atenta y cariñosa vigilancia de su padre, también llamado Luis Salom. El joven deportista mallorquín guardaba en su casa prácticamente todos los monos, cascos y botas que había portado desde que empezó a competir. También conservaba, por supuesto, todos los trofeos que iba obteniendo, así como algunos objetos llamativos o curiosos, como por ejemplo una bandera en la que aparecía el apodo con el que era conocido: «El Mexicano».

En cierta ocasión, Luis explicó cuál era el origen de ese peculiar apodo. «Viene por mi mánager y por su hermano, que tenía un caballo negro que se llamaba "El Mexicano" y que no le salió como él esperaba», señaló. Pasado algún tiempo, el hermano de su mánager empezó a ver a Luis compitiendo en algunas carreras. «Los dos me empezaron a decir que a ver si yo era como su Mexicano o si me iba a quedar parado en la salida como su Mexicano. Y al final me he quedado como "El Mexicano"», recordó con una sonrisa.

Hace apenas un año, Luis participó en un acto de homenaje a Manuel de Cos, amante del mundo del motor y gran deportista, que había fallecido poco antes en un accidente de tráfico en Mallorca. Luis iba a participar unos pocos días después en una nueva carrera y dijo que en caso de ganar, le dedicaría el triunfo a su amigo. Esa carrera tuvo lugar en el circuito de Montmeló, en donde este viernes ha perdido la vida el joven piloto mallorquín, un ser siempre ejemplar, tanto dentro como fuera de la pista.

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