Márquez, campeón del mundoMárquez: «Para aprender perdí un campeonato»

El triple campeón del mundo de MotoGP admite la presión de ganar este año después de los errores cometidos el año pasado

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Con una sonrisa de oreja a oreja, Marc Márquez se presentó como triple campeón del mundo ante los periodistas. En su primera respuesta, el piloto español admitió que se le olvidó hasta cambiar de marchas cuando vio que Jorge Lorenzo se había caído. «Todo se volvió una locura». Pero de lo que no se olvida para nada Marc Márquez es del principio de este curso en el que nada parecía salir como a él le hubiera gustado. «El comienzo de la temporada fue el punto más difícil de este año y creo que hice la pretemporada más dura de mi carrera. Las sensaciones eran que tenía que subir una larga montaña. Poco a poco creímos en ello. Cambié mi mentalidad en la primera parte, pero necesitaba la ayuda de los mecánicos en la segunda parte.

Les dije que creía en ellos y ahroa tenemos una moto competitiva y me siento muy bien. El inicio fue complicado. Me puedes decir: he ganado el título y quedan tres carreras, pero ha sido muy difícil», comentó vestido con su camiseta de «Gime 5» («Choca esos cinco», por los cinco títulos de su carrera).

«Después de las dos primeras victorias fue un punto importante porque puedes pensar en las carreras de otra manera. Pero en Le Mans cometí un error por apretar demasiado y me dije: "vale, si tengo buenas sensaciones lo intentaré, si no, no pasa nada y me conformo con otros puestos". Para aprender esto perdí un campeonato y es un precio muy alto», afirmaba sobre cómo ha podido gestionar esta temporada después de dos coronas consecutivas en 2013 y 2014. «Un campeón real es cuando sabes gestionar los errores».

Un aprendizaje muy duro para un piloto agresivo y que se divierte buscando el límite. Para muestra, solo se ha caído una vez en carrera, en Francia, aunque muchas más veces en los entrenamientos, donde un error se puede solucionar: «Emilio y Santi me decían: "mantén la calma", porque me puse un poco nervioso en la segunda parte del año: subía al podio, pero me costaba mucho. Y les hice caso. Llegué a Aragón y con el equipo todos mantuvimos la misma mentalidad y lo conseguimos. Pero sí que puedo decir que también me decían que no sonreía, que no era yo mismo, que no estaba disfrutando».

Sonriente por fin, admite que va a disfrutar como es él en estas tres carreras que quedan, y se siente muy agradecido a su equipo porque sin él saberlo ya habían previsto que podía ser campeón en Japón: «Nunca se me pasó que podía ganar aquí. Me levanté como siempre, desayuné a la misma hora... cuando estás más nervioso vas al baño más veces, pero esta vez estaba tranquilo. Cuando quedaban seis vueltas, cinco vueltas empecé a pensar: en Australia tengo que ser séptimo para ganar, pero cuando vi que Lorenzo se fue al suelo, todo se volvió una locura. Y el equipo ha creído en mí en todo momento porque no sabía que estaban preparadas las camisetas. ¿Para celebrarlo? Unas cervezas ahora en el garaje, quizá karaoke... los mejores planes son los que no se preparan».

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