MotoGP | GP de Valencia

Marc Márquez: «Me siento catalán y español, no es algo del otro mundo»

El piloto puede ser campeón este domingo y afronta las horas previas con calma y honestidad, aunque no esconde la presión y el nerviosismo de jugarse el título en la última carrera

Marc Márquez, ayer en Cheste Mikel Ponce
Laura Marta

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Está preparado para todo. Para pelear el título de MotoGP en la última curva del último Gran Premio , y para afrontar preguntas incómodas obligado por las circunstancias. Acepta que es un referente por todo lo que ha logrado en el deporte. Y a todo le pone buena cara Marc Márquez , ahora que tiene 21 puntos de ventaja sobre Andrea Dovizioso y que tiene este domingo la opción de sumar su cuarta corona de MotoGP en cinco temporadas. Y con 24 años. Va a 300 kilómetros por hora, pero las ideas le fluyen pausadas, recapacitadas, con los pies en el suelo, y la sonrisa siempre en la boca.

-¿Está durmiendo bien estos días?

-Estoy bien. Aunque desde Malasia, después de cenar, antes de meterme en la cama siempre una vuelta a Valencia cae. Desde hace una semana que le doy esa vuelta. Pero hay que saber controlarlo. Buscar ese compromiso de tener ese punto de nervio, para estar atento, pero también saber desconectar. Porque si no, llegas ya al domingo agotado.

-¿Quiere que llegue ya el domingo o prefiere tener todavía unos días de preparación?

-Si por mí fuera, que fuese ya domingo. La semana se me ha hecho muy larga. Sea para lo bueno o para lo malo, que llegue ya para ver qué pasa y porque también disfruto corriendo. Siempre quieres que llegue el día de la carrera, y si te estás jugando un Mundial, pues aún más.

«El domingo desayunaré como siempre mi bocadillo de pavo. Hay que saber desconectar o acabas agotado»

-¿Pesa la responsabilidad de esta última carrera: por el curso que ha llevado, por el equipo, por usted?

-Todos los Mundiales pesan, y jugarte un título en la última carrera es algo que... si todo sale bien, lo sientes mucho mejor. La adrenalina, la explosión de felicidad es mucho más grande. Pero pesa. Sobre todo estando en casa. La gente te lo dice para animar, pero eso de «ya está hecho, solo tienes que ser once, cuándo lo celebramos»... No quiero caer en esa trampa. Hay que seguir fiel a tu mismo estilo, a lo que hemos hecho hasta ahora. Dar el cien por cien. Y el domingo valorar cómo han ido los entrenamientos, el nivel de tu máximo rival, de los demás y afrontarla de un manera u otra.

-Es una carrera atípica para usted. ¿Es más peligroso para su estilo tener la opción de que puede conservar en lugar de salir a ganar, como hace, siempre que puede?

-Depende. No puedes salir... sería anti mi estilo salir a la carrera pensando «voy a acabar el diez». No voy a hacer eso, pero depende de las sensaciones con la moto. Hay carreras que vas cómodo y que te encuentras bien para luchar por la victoria, y carreras que te cuestan más. Como la última en Malasia: salí con ganas, arriesgué las dos primeras vueltas, pero vi que no iba por el buen camino. Decidí bajar un puntito y acabar cuarto. Veremos el domingo. También dependerá del nivel de Dovizioso. Si está fuerte te obliga a plantear la carrera de una manera, y si le cuesta más y no está peleando por la victoria, aunque lo veo difícil, lo plantearé de otra manera.

-¿Se sorprendió también usted de la aparición de Dovizioso? Le ha ganado en los duelos mano a mano.

-Siempre digo lo mismo, y suena muy políticamente correcto, pero en MotoGP hay seis o siete pilotos que pueden ganar un Mundial. Luego sí, y yo soy el primero en caer en el error, pones más el ojo en Maverick Viñales, en Valentino Rossi, en Dani Pedrosa, como a principio de temporada. Pero cada año te puede salir un Dovizioso como en esta y ponerte las cosas muy difíciles, ganarte seis carreras como las ha ganado y estar luchando por el título hasta la última carrera. Y quién dice que el año que viene no sale un Lorenzo, que en éste no ha hecho un gran año, pero el que viene puede que sí. Esto es lo bonito del motociclismo, del deporte, si un piloto encuentra un compromiso bueno entre moto y equipo te puede ganar carreras y luchar por campeonatos.

-Si 2016 lo llamaron el año de su madurez. ¿Cómo definiría este?

-Un poco de superación. El año pasado empecé muy bien, luego lo supe gestionar muy bien, supe estar calmado. Pero este año hubo un intervalo en el que, hablando claro, empecé de culo. Me costaba mucho, no podía ganar carreras, incluso terminarlas, y la superación está en que a partir de un punto conseguí mejorar, pero no solo, sino con mi equipo, mi entorno, mi gente.

«En mi cabeza siempre hay un dilema interno: arriesgo o conservo puntos»

-¿Qué se dirá bajo el casco en estos 45 minutos de carrera?

-Dependerá de cómo me encuentre en los entrenamientos, pero soy consciente de que se me hará una carrera muy larga. Creo que son 30 vueltas, son muchas. Después de la primera querré que se termine, pero no será así. El nivel del rival, y sus opciones, van a condicionar mucho mi plantenamiento. Por el momento, es el de siempre, el que nos ha llevado a tener 21 puntos de ventaja. En la última carrera me iba diciendo: salgo y arriesgo en la salida, lo intento. Porque quería ganar y cerrar el campeonato allí. La gente me decía: «No, espérate a Valencia». Y yo: «Sí, está para esperarse el tema». Una vez allí, ves que el riesgo, dentro de ti mismo, era un dilema interior: arriesgo o conservo puntos. Es un poco anti mi estilo. Yo soy un piloto de arriesgar, si puedo quedar tercero no quiero quedar cuarto. Pero es algo que empleé el año pasado. De aquí a un mes la gente no se acordará de quién ha ganado en Valencia, sino de quién ganó el campeonato.

-Casi cuatro títulos en cinco años, ¿se siente un superdotado?

-Lo que me siento es orgulloso y afortunado de lo que he logrado hasta hoy jueves. De haber hecho un buen trabajo. Y feliz porque estoy en el mundo que quería de pequeño, luchando cada año por Mundiales. Me permite disfrutar y tener un estilo de vida dedicado a las motos.

-Estará harto de que se le pregunte por el asunto de Cataluña.

-(Se ríe) Tírale, tírale, no pasa nada.

-¿Es un tema que habla con su equipo, con su entorno?

-Claro que se habla de esos temas, y tengo amigos de todo tipo. Vivo en Cervera, vivo en Cataluña y vivo en España. Una cosa no quita la otra, y yo siempre me he mantenido al margen. Está en un momento muy complicado. No sé cómo se ha llegado allí. Si te soy sincero, nos fuimos un mes fuera y te pierdes cosas. Se ha llegado a un sitio que tanto por un lado como por otro no son buenos. Espero que se arregle lo antes posible y que se pueda vivir tranquilo.

«Eres un referente, es tu rol. Lo que dices lo escucha mucha gente y te pones en temas que no entiendes»

-¿Es mucha presión como deportista, que no les dejen expresarse como quieran, estar bajo la lupa?

-Es una cosa dificíl. Dicen sí, libertad de expresión, es una cosa, pero lo que dices siempre habrá gente a la que le guste y gente a la que no. Siempre lo he dicho, me siento catalán y me siento español, no es algo del otro mundo. Y es una cosa fuera del deporte, pero también tienes que aceptar este rol, ¿no? Un rol que no me lo esperaba, por ejemplo. Cuando me preguntan ¿qué no te esperabas de este año? Pues me esperaba hablar de motos, de estar en mi mundo, pero luego ves que eres como un referente. Lo que digas mucha gente lo va a escuchar y te pones en temas que no entiendes. Por eso intento mantenerme al margen porque son cosas que no entiendo. Sí, tengo mi opinión, pero me mantengo al margen. Y como dice mi madre muchas veces: «a verlas venir».

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