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Juegos Olimpicos - Estrellas

La máquina sueca que no se rinde

Si hay un golfista que encarna el espíritu olímpico ése es, sin duda, Henrik Stenson. El sueco, de plena actualidad por su triunfo en el último Open Británico, es un deportista nato, competidor como pocos y un luchador sin límites. Su historia personal así lo delata…

Henrik Stenson, ganador del Open Británico.
Henrik Stenson, ganador del Open Británico. - Efe

Después de empezar a jugar a los once años en su Gotemburgo natal, Henrik tuvo claro que su vida iba a estar centrada en el golf. “Crecí viendo los ‘British’ y la Ryder Cup por televisión y mi ambición siempre fue poder ser el protagonista en alguno de ellos. Afortunadamente, ya he conseguido ambas metas”, relató orgulloso cuando recogió su Jarra de Clarete en Royal Troon. El camino no fue sencillo, ya que ha tenido que trabajar muy duro desde el principio. Empezó en el Challenge Tour en 1999 (el circuito europeo de formación) y, al ganarlo al año siguiente, obtuvo sus derechos para la primera división europea en 2001. Una vez allí, destacó desde el principio con un triunfo en el Benson & Hedges, al que siguieron once más con el transcurrir de los años.

Jugador de gran pegada y enorme sentido del humor, es uno de los pesos pesados del Circuito Europeo, donde consiguió ser número uno en 2013 (a la vez que de la FedEx Cup del PGA Tour). Pero antes de llegar a ese punto, Stenson tuvo que superar diversas vicisitudes. “Siempre hay altibajos y la clave para superar los malos momentos es confiar siempre en las propias posibilidades –confesó- Al principio de mi periplo sufrí un fuerte bajón y qué decir del mal momento de comienzos de esta década”. En efecto, en 2011 se vio afectado por los fraudes de Lehman Brothers al dejarle sin blanca su asesor financiero. Por ello su vida se desmoronó y su juego, también. Cayó más de doscientos puestos en el ranking mundial y no vio a luz hasta que ganó el Abierto de Suráfrica a finales de 2012. “Mi principal apoyo siempre ha sido mi familia –confirmó- sin ellos nunca lo habría superado”, de manera que rebotó de una manera espectacular y en la campaña siguiente fue el gran protagonista del golf mundial: ganó dos torneos en Estados Unidos y uno en Europa; las listas de ganancias a ambos lados del Atlántico y fue subcampeón del Open Británico y del Bridgestone de la Copa del Mundo.

Con sus finanzas resueltas (hasta su caddy se compró un Ferrari para celebrarlo) y su carrera en órbita, tres victorias europeas desde entonces le han permitido mantener su estatus. Sobre todo la última, su primer “major”, por lo que ya solo le resta disfrutar de los retos que le quedan por delante. “Ganar el Open ha sido tremendo, no sólo por mí sino también por mi país –reconoció-. Nunca había ganado un sueco un grande y creo que ya nos lo merecíamos. Ahora, los Juegos Olímpicos y la Ryder Cup son mis siguientes objetivos a corto plazo”. A consecuencia de las bajas que se han producido últimamente, Henrik aparece como el jugador con ranking más alto de los que acudirán a Río: es el máximo favorito. “Llevo mucho tiempo esperando ese momento y estoy deseando que llegue para poder vivir todo el ambiente olímpico. Y, sobre todo, para poder conseguir una medalla para mi país. Sería glorioso”, remató con una sonrisa.

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