Río 2016 | VelaMarina Alabau, la reina del surf navega hacia otro oro

La sevillana conoce los campos de regata de Río, donde se prepara desde hace un año

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Marina Alabau es una de las grandes referencias del equipo olímpico español de vela y llega a Río 2016 con la intención de revalidad el oro que conquistó en Londres 2012. Serán los terceros Juegos de esta sevillana de 31 años, que aprendió a navegar en el cauce del río Guadalquivir y que se perfeccionó «toreando» en la bahía de Cádiz al Levante y al Poniente.

Llevaba muchos años soñando con acudir a unos Juegos Olímpicos, pero unas veces su juventud, y otras su gran rival Blanca Manchón, se lo impedían. Fue en los de Pekín 2008 donde debutó. Las aguas de Qingdao, llenas de algas, y el poco viento que sopló por aquel entonces evitaron una medalla. Estuvo muy cerca de ella acariciándola con la punta de los dedos, pero el último día pudo con ella esa presión que atenaza a los deportistas cuando ven muy cerca el triunfo y se quedó a las puertas consiguiendo un gran cuarto puesto.

Marina despuntaba ya a los 9 años cuando navegaba por el Guadalquivir y tanto fue así que a los 14 años ganó su primer campeonato del mundo en categoría infantil. De ahí, a comenzar a viajar por el mundo en busca de los vientos portantes que le diesen un puesto en la vela española. No le era fácil despegar porque tuvo mucha competencia. Junto a Blanca Manchón, cinco veces campeona del mundo de windsurf, se ha jugado las cuatro clasificaciones olímpicas a las que ha acudido. Para la de Atenas 2004 se quedó fuera y pareció que el diploma olímpico que cosechó Manchón iba a acabar con Marina. Lejos de ser así, volvió a la carga en 2008, 2012 y 2016 y logró las tres clasificaciones ante la misma rival. En su palmarés rezan cinco títulos continentales (2007, 2008, 2009, 2010 y 2012), una medalla de oro (2009), dos de plata (2006 y 2014) y dos bronces (2008 y 2011) en los campeonatos del mndo. En los Mundiales que se celebraron en Santander, en 2014, fue la única medalla de la delegación española.

Para una deportista de este calibre es fundamental vivir cerca del mar. Siempre ha estado entrenándose en la bahía de Cádiz, concretamente en Puerto Sherry, pero llegó un momento que se profesionalizó y emigró a la «cuna» del windsurfing de España, Tarifa. Desde allí programa toda su vida. Tras los Juegos de Londres se tomó un año sabático para ser madre y en 2014 volvió con los ánimos renovados para conquistar su segundo oro olímpico. En Río va a por él.

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