Pyeongchang 2018

Regino Hernández, del balonmano al bronce

Sus padres se dedicaron al balonmano, pero Regino Hernández prefirió saltar en la nieve y su decisión lo ha convertido en historia del deporte español

Regino Hernández AFP
Laura Marta

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Brazos y mirada al cielo. En el podio, en el que solo recibió la mascota de los Juegos porque será mañana cuando reciba su bronce, Regino Hernández se acordaba de Israel Planas, su entrenador, el que lo catapultó hacia este bronce histórico en unos Juegos Olímpicos porque lo obligó a sacar lo mejor de sí mismo.

Planas lo guió a la plata mundial de Sierra Nevada en la modadlidad de snowbroad cross por equipos, pero apenas le dio tiempo a celebrarlo porque murió pocos días después. En el gesto de Regino Hernández , su tributo y sus gracias por lo enseñado , por la mano que lo ha guiado desde que comenzara sobre la nieve a despuntar sobre la tabla.

Regino Hernández nació en Ceuta en 1991 pero al año su familia se trasladó a Málaga. Allí es donde su padre y su madre desarrollaron sus carreras profesionales en el mundo del balonmano . El hijo, a pesar de que también hizo sus pinitos en el Mijas Málaga, decidió que los fines de semana se lo pasaba mejor sobre los esquíes en Sierra Nevada. Allí comenzó a forjar su físico y su técnica que ha exprimido al máximo en estos Juegos de invierno.

No obstante, el crecimiento de Regino Hernández ha estado cimentado en un campeonato del mundo júnior en 2011 , pero también de «casis» y «decepciones» en la categoría absoluta. Las que se llevó de unas malas clasificaciones en Vancouver 2010 (terminó el 31) y Sochi 2014 (puesto 21) por sendas caídas, y también muchas de las 38 Copas del Mundo que ha disputado.

Sin embargo, su capacidad de regeneración y su pasión lo han llevado a lo más alto en las últimas temporadas. Con un sobresaliente de plata en los Mundiales de Sierra Nevada en la prueba de snowboard cross por equipos con Eguibar. Y en Pyeongchang logra lo que hacía 26 años que nadie conseguía: una medalla olímpica para relevar por fin a los Ochoa en el palmarés.

Llegaba a la sombra de Eguibar, pero sus resultados en la temporada le habían otorgado una confianza que demostró en todas las rondas incluida la final . Con un físico imponente y un aspecto que no quiere cortarse ni loco («antes me corto los... que la barba», dijo en la previa), Regino Hernández se crio en los saltos del freestyle por lo que el circuito de Pyeongchang le venía al dedillo, con multitud de saltos en la recta final en la que poner a prueba su preparación y su entrenamiento.

Pero en un deporte tan inestable -ha habido récord de caídas , incluso en la final tres de los riders se cayeron-, la cabeza es algo dundamental para saber cuándo ir rápido y cuándo mantener la posición de forma conservadora. Regino Hernández lo ha estudiado muy bien. Y ha entrenado la mentalidad con técnicas como las apneas. Una forma de concentración que le ha valido para saber cuándo atacar y cuándo permanecer en la retaguardia en la final de Pyeongchang. Una estratgia ganadora que lo impulsa en la historia del deporte español. Un tercer podio español en los Juegos de invierno. Un bronce para siempre que vino de Ceuta.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación