Pyeongchang 2018

Lucas Eguibar: «Ya es hora de traer medallas para España»

El subcampeón del mundo de snowboard cross guiará como abanderado a la delegación que aspira a tomar el testigo de los Fernández Ochoa

Lucas Eguibar, en su último entrenamiento en San Sebastián antes de partir a Pyeongchang Juantxo Lusa
Laura Marta

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Acaba de aterrizar en Pyeongchang con la maleta cargada de las ilusiones de un principiante, pero las experiencias de un veterano. Lucas Eguibar (San Sebastián, 1994) ha acumulado carreras y lecciones desde su primera incursión olímpica en Sochi 2014 para afrontar estos Juegos con el aplomo de un líder (9-25 de febrero). Ha crecido en técnica, táctica, paciencia y capacidad de superación para, por fin, acabar con la sequía de triunfos invernales para el deporte español. Es él quien llevará hoy la bandera española en el desfile inaugural. Un inolvidable regalo de cumpleaños.

¿Cómo se siente al ser el abanderado de la delegación española?

Muy contento, agradecido por la oportunidad que me han dado y con ganas de que sea ese día para disfrutar. Será mi primer desfile porque en Sochi 2014 no llegamos. Igual me pongo muy nervioso, pero con muchas ganas de vivir ese momento. No se va a parecer a nada de lo que he hecho.

¿Qué sensaciones se respiran en el equipo español?

Hay mucha confianza. Sabemos que lo podemos sacar. Ya nos lo hemos demostrado. Y en nuestro deporte se necesita: no te puedes venir abajo.

Es una de las mejores delegaciones de la historia, ¿nota presión?

Presión no, ilusionado. El reto, claro, es la medalla. Y tengo ganas de que lleguen las medallas a casa. Queralt Castellet está muy bien, Javier Fernández también se lo merece, y quiero ir a verlo competir. Regino Hernández o yo vamos con opciones. Lo podemos hacer porque ya lo hemos demostrado incluso en Mundiales. Ya es hora de que España lleve medallas a casa. Pero somos conscientes de que las carreras son las carreras. Y más en mi deporte. Tienes que tener el día perfecto, te lo juegas todo en un minuto y no vas solo. Hay cinco más con las mismas ganas de comerse el mundo que yo. Pero yo soy el que más.

Han pasado muchos años desde las medallas de los hermanos Fernández Ochoa.

Los años que se consiguieron las medallas el snow ni existía. Hicieron un trabajo magnífico. Otros años también ha habido oportunidades, pero no hubo la suerte necesaria para hacer una carrera perfecta. Yo llegué al snow cuando estaba creciendo y nos hemos adaptado bastante bien. Gané mi primer Europeo con 18 años, y siempre podías quedar entre los diez primeros. Ahora, los que ganan en Europa, puede que no acaben ni entre los 30 primeros del Mundial. El nivel se ha triplicado, es mucho más profesional, también los circuitos. Es bonito estar ahí.

¿Cómo ha sido esta temporada de preparación olímpica?

Hemos tocado muchísima más nieve que otros años. En muchos países y contra equipos muy potentes. La preparación ha sido muy buena. En diciembre ya llegué bien, con podio en Francia. Eso significa que hemos hecho buen trabajo. En las últimas competiciones no han salido tan bien las cosas. Fuimos cuartos por equipos, eso sí, pero en individual no fue tan bien. Los últimos circuitos fueron difíciles porque no había mucha nieve y no me acabé de adaptar. Pero en los entrenamientos he acabado muy contento y esto va por sensaciones, y son buenas.

¿Cómo se entrena afrontar un deporte tan inestable como el suyo, en el que una caída de otro le puede dejar sin premio?

Es imprescindible prepararte para esas circunstancias. Un toque fortuito te puede tirar y acabar con tu ilusión por muy bien que lo estés haciendo. Y es la más importante cuando llegas a cierto nivel. Se nota enseguida quiénes están para competir y quiénes van simplemente a participar. Se nota en la mirada, la concentración, en el cómo se comportan. Había entrenado técnica y posturas y carreras, pero había muchas cosas que no tenía ni idea sobre mí mismo y que las estoy aprendiendo con un coach. Porque es luchar contra la presión, tu propia cabeza. La gente piensa que es imposible ganarle, pero es muy posible. El problema es que no sabemos cómo hacerlo. Este coach me da herramientas e ideas de qué se puede hacer y, sobre todo, cómo hacerlo.

¿En qué más es diferente desde esa séptima plaza hace cuatro años?

En muchas cosas. Después de Sochi cambié de entrenadores físicos y me controlan un poco todo: entrenamientos, físico, nutrición. Hemos aumentado la carga y el número de entrenamientos, pero con la misma base. El equipo ha crecido: Simone Malusa, entrenador técnico; Alex Martín, segundo entrenador; Luca Trionte, que nos prepara las tablas; Mateo Szul, fisioterapeuta. Es el primer año que tenemos fisio para todas las carreras. Y en nuestro deporte, con tantas caídas, era primordial.

Es un síntoma de que sus resultados han hecho crecer el snowboard.

Los mundiales de Sierra Nevada se hicieron con un fin: para que se viera que había posibilidades y deportistas con calidad en España, para que la gente se motivase. Hasta vino el Rey a entregar las medallas. Y encima lo hicimos bien, como Regino y yo -subcampeón del mundo individual y por equipos. En España creo que no conozco a nadie que no haya ido a la nieve alguna vez. Hay tradición de esquí, pero no de competición. Y en esto vamos creciendo poco a poco con los resultados. También se nota en patrocinios y en visibilidad.

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