«Esos tiempos de extremo me da que ya no volverán», decía bromeando César Azpilicueta estos días en Saint Martin de Ré. Es una idea que también tiene en la cabeza Juanfran Torres, que al igual que Jordi Alba comenzó su carrera como extremo y fue después de debutar en Primera cuando tuvo que adaptarse y bajar hasta el lateral. En el caso de Jordi Alba la reconversión le supuso el salto casi inmediato de su club, entonces el Valencia, a la selección, donde tuvo un verano inolvidable por jugar en esa posición. «La Eurocopa 2012 fue un torneo redondo para mí porque llevaba tres partidos en la selección. En aquel momento Vicente Del Bosque confió plenamente en mí, cuando había gente que no confiaba nada. Le tengo que agradecer eternamente todo lo que hizo en su momento, al ponerme además ahí en una posición que no era la mía, porque llevaba como dos meses jugando de lateral (en el Valencia). Fue una apuesta fuerte por mí, el míster confió y fue un torneo bonito. Por suerte pudimos salir campeones y yo hice un torneo bastante bueno con un gol en la final. Un torneo redondo», destaca Jordi Alba.

«A partir de ahí fiché por el Barcelona (donde había estado desde 1998 a 2005). Llevo cuatro temporadas muy contento y con muchas esperanzas de hacer un gran torneo y conseguir otra Eurocopa», reconoce el catalán. Ante la República Checa fue titular, tuvo una ocasión de gol y llegó muchas veces a la línea de fondo en la segunda mitad. Algo que también hizo Juanfran, que completó sobre todo una primera parte espectacular, siendo un puñal por la derecha. Lo hizo en su debut en una Eurocopa cuatro años después, ya que en 2012 la ganó pero entonces no jugó. Nunca pensó que su sueño de llegar a la absoluta se cumpliría siendo lateral diestro, pero su constancia le ha hecho convertirse en uno de los mejores de Europa.

El alicantino, siempre sincero, recuerda que cuando era interior ayudaba a defender... a su manera. «Llegué a ese puesto por casualidad pero es el que más alegría me ha dado. Antes, en Osasuna (rememora), tampoco era de defender mucho (ríe). Ayudaba pero tenía más predisposición en mirar para delante. Al final del todo tenía a Azpilicueta. No hacía falta defender mucho. Azpi se las ingeniaba él solo para que el extremo no le atacara». El jugador navarro es el comodín de la selección, ya que actúa en las dos bandas. «De niño era delantero, cuando debuté en Primera (con 17 años en el Bernabéu) lo hice de extremo derecho, pero el mayor tiempo he jugado de lateral. Siempre he pensado que el lateral derecho es mi puesto, pero ya llevo mucho en el lado izquierdo (empezó en 2013 en el Chelsea) y he mejorado mucho. Me ha permitido crecer como jugador», explica Azpilicueta. El navarro tiene clara la clave para jugar ahí: «No puedes cometer ni un fallo cuando eres defensa. Ser delantero es más divertido y luces más por los goles, pero también me divierto mucho cuando veo que el equipo está defendiendo bien. Es un buen trabajo colectivo».

El último de los 'readaptados' es Héctor Bellerín, que llegó a la cantera del Barcelona siendo extremo pero vivió un proceso de conversión previo incluso a su salida al Arsenal. Enamoró a Del Bosque desde la lejanía. Después de la concentración previa en Austria y tras la lesión de Dani Carvajal obtuvo un puesto en la lista: «Es impresionante su formalidad, extraordinaria. Gusta un chico joven con ese temple y ese saber estar. Ni una broma, tranquilo, encantador. Salió bien joven al extranjero, se ha formado, tiene una formación muchísimo mejor de la que teníamos nosotros», dice Del Bosque. Siempre ha dado los pasos a mucha velocidad y tras pasar por las inferiores (sub-16, sub-17, sub-19 y sub-21) alcanzó la absoluta después de ser nombrado mejor lateral diestro de la Premier esta campaña por la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra (PFA). Bellerín fue hace unos meses noticia porque unas pruebas que hizo el Arsenal a sus jugadores arrojaron que había corrido los 40 metros más rápido que Usain Bolt (4.41 segundos, mejor que los 4.64 que tardó Bolt en recorrer esa distancia cuando en 2009 el jamaicano logró el récord del mundo en 9.58 segundos). Pese a su vocación ofensiva, la misma que la de la selección, recordó que España tiene mecanismos defensivos de primer nivel. «Tener el balón es la mejor manera de defender».

Eso es la teoría, pero también ayuda el trabajarse los partidos y estudiarse a sus rivales como hacían los laterales rivales con ellos en sus pasadas etapas como extremos finos, de los que regatean y vuelven locos a su par. «A todos los extremos los tengo calados. En Liga conozco a la mayoría de los que me tocan. Sabes si te encaran por la derecha o la izquierda. Lo analizo bastante, es bueno para mí porque la mayor prioridad de todas como lateral es defender. Más que atacar o dar un pase es que el de mi sitio no sea el mejor del partido; ése es mi objetivo», dice Juanfran, que recuerda una idea que comparten todos: «En nuestro puesto no es más importante hacer un gol que dar una asistencia. Haces feliz a tu compañero que mete gol y para él es algo increíble», explica Juanfran. «Cuando doy un gol estoy igual de contento que cuando marco», afirma Azpilicueta. Frente a Turquía abrir el campo se antoja clave, evitar que el juego vaya siempre hacia el dentro. Y ahí será clave la aparición por sorpresa de esos laterales que en el pasado tenían instinto de delantero. Y eso dicen que nunca se pierde.