Bradley, abrazado a Defoe en el césped de Wembley
Bradley, abrazado a Defoe en el césped de Wembley
Fútbol

Wembley se rinde a la amistad de Defoe con un niño

El punta, que jugó con Inglaterra cuatro años después, saltó al campo junto a su compañero inseparable, un pequeño con cáncer terminal al que pudo dedicar un gol

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La salida de Inglaterra al césped de Wembley para enfrentarse a Lituania (2-0) llamó la atención por un detalle que no pasó desapercibido. Jermain Defoe, un delantero veterano metido ya en la treintena (34) que este domingo regresaba a su selección después de cuatro años de ausencia, fue el que abrió la comitiva a pesar de que no portó el brazalete de capitán. En la cuna del fútbol, en un país de tradiciones, el delantero rompió el habitual protocolo y saltó de la mano de Bradley Lowery, un joven hincha de cinco años que lucha contra un cáncer terminal. Es el compañero inseparable de un futbolista que, con sus continuos gestos hacia este niño, se ha ganado el cariño de los aficionados de todo el país.

Una bonita historia de amistad que tuvo en el gol de Defoe una inesperada sorpresa para el pequeño.

Defoe y Bradley, en el hospital
Defoe y Bradley, en el hospital

Defoe contó con la complicidad del guardameta Joe Hart, que le cedió el lugar reservado al capitán, para que Bradley Lowery viviera uno de los días más especiales de su vida. Este seguidor que duerme con la camiseta del Sunderland, el club al que pertenece Defoe, sufre un neuroblastoma, un cáncer muy agresivo, pero la enfermedad no le ha quitado las ganas de fútbol. Y más desde que conoció a su ídolo. Las visitas del delantero para dar ánimos al niño son habituales y una reciente imagen de ambos durmiendo en la cama del hospital conmovió a muchos aficionados. Ausente con Inglaterra desde noviembre de 2013, Defoe compartió con Bradley su felicidad por su vuelta a la selección y ayer le invitó a Wembley. Quiso que, si era titular, su amigo le acompañara al saltar a la hierba. Unos minutos inolvidables para el chaval, que durante la atronadora interpretación de los himnos buscó el abrazo cálido del jugador.

Ya en la grada, presenció el gol que más ilusión pudo hacerle. El de Defoe, que a los 22 minutos abrió el triunfo ante los lituanos, rematado por Vardy tras el descanso. Un partido inolvidable para Defoe y Bradley, dos luchadores incansables.

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