Fútbol

El mercado de invierno, otra burbuja fuera de control

El nuevo reparto de los derechos de televisión ha inflado los precios y los salarios de los futbolistas hasta límites desconocidos

JOSÉ CARLOS CARABIAS

El tramo de negocio que se abre este lunes y dura hasta el 31 de enero en cuatro de las principales ligas de Europa (España, Inglaterra, Francia y Alemania, el 2 de enero en Italia) es reducido, ofrece pocas garantías y, al decir de los agentes que operan, mucho más complejo que el veraniego. Pero el mercado de fichajes de invierno en el fútbol maneja otra variación que lo convierte, sin duda, en atracción. Hay más dinero. Desde que el Gobierno aprobó hace dos años el real decreto de explotación de los derechos de televisión, el reparto que trataba de equilibrar las distancias entre clubes ricos y pobres, fluyen más euros por el parqué. La abundancia ha derivado, según las fuentes consultadas por ABC, en más posibilidades de fichar para los más modestos, pero también en una inflación del zoco del fútbol. Se han encarecido los precios de los traspasos y han aumentado los sueldos de los futbolistas.

La dinámica de transferencia de jugadores está regulada por la FIFA a partir de un reglamento específico que en su artículo 6 establece que el periodo de fichajes que en Europa se conoce como invernal, «comenzará a mediados de temporada y no deberá durar más de cuatro semanas». También es el día en el que, al menos oficialmente, se abre el periodo que permite a los clubes negociar directamente con los jugadores que concluyen su contrato el próximo 30 de junio. A partir del 1 de enero, los 16 equipos que sobreviven en la Champions pueden inscribir a tres nuevos jugadores, que no hayan actuado ya en esta competición.

Hasta ahí las normas. Otra cuestión es la realidad de una de las mayores industrias del mundo. «El mercado de enero es de necesidad y no de programación –comenta a ABC Manuel García Quilón , uno de los principales representantes de España–. Todos los clubes programan su plantilla en verano, pero los que no cumplen objetivos, apremiados por sus seguidores, la clasificación o la prensa, se lanzan a fichar. Es una ventana para rectificar».

Según los protagonistas, el mercado era hace años mucho más activo en España, ya que los clubes no reparaban en gastos y acumulaban deudas, sobre todo con Hacienda. El actual régimen del Gobierno y la Liga, que obliga a unas cuentas saneadas y en cierta paz con el fisco, ha limitado los excesos.

«Y no solo eso. El reparto de los derechos de televisión ha contribuido a encarecer los traspasos y a incrementar los salarios de los futbolistas –aporta Jesús García Pitarch , exdirector deportivo del Atlético y del Valencia, que el invierno pasado contrató al delantero italiano Zaza–. Es imposible contratar ya a un buen delantero por menos de 50 millones. Los cracks ya se van a 100 o 150 millones. Por lo tanto se está agotando el margen».

¿Se puede estar produciendo en el fútbol una burbuja inmobiliaria al estilo de lo que sucedió en España hace años? «Es bastante probable –comenta Herminio Menéndez , exmedallista olímpico español y exrepresentante de futbolistas–. El dinero llama al dinero. Si los clubes ahora cuentan con más liquidez, pueden comprar más. Los precios suben y los salarios también al haber abundancia».

El reparto de los derechos de televisión es uno de los factores del mercado de fichajes, tanto ahora en invierno como en verano. Influye tanto que los más pequeños son los más interesados en contratar. «La diferencia entre jugar en Primera o Segunda división es extraordinaria –cuenta García Quilón–. Es prácticamente el 50 por ciento del presupuesto. Un club modesto de Primera puede recibir 40 millones del reparto de las televisiones y en Segunda quedarse en 8 o 10 millones. En realidad, diría que bajar a Segunda es una catástrofe desde el punto de vista económico».

Eliminar la ventana

García Pitarch, que ahora ejerce como comentarista en beIN Sports, es más radical que García Quilón, con el que ha negociado cientos de veces en el Atlético y el Valencia. «Salvo en el caso de los lesionados, el mercado de invierno debería desaparecer . Igual opino que el mercado de verano debería cerrarse antes de que empiece la competición. No puede ser que los clubes se vean obligados a fichar por los malos resultados en las primeras jornadas y la presión del entorno que se genera».

Comparte la misma idea Herminio Menéndez. «Tal vez sí sería conveniente suprimirlo. Es muy mercado muy corto, con poco margen, en el que casi es obligatorio que salga un jugador para que entre otro, y cumplir así con el límite salarial y presupuestario que ahora sí se vigila».

«Yo no creo se deba suprimir –expone Manuel García Quilón–. Los clubes trabajan y manejan mucha información y el mercado invernal les ofrece la posibilidad de una solución puntual para algún problema en su plantilla. El reparto de los derechos de televisión ha mejorado sus economías y pueden afinar más».

Hace cuatro años, algunos de los principales equipos del continente, Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich y Juventus, ya apoyaron la idea de fulminar este mercado y dejar solo el de verano. Los clubes se afanan estos días en evitar que la ventana de enero reproduzca alguno de los fracasos estridentes de años atrás.

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