Cuando el Gordo de Navidad sonríe al fútbol

Pocas tradiciones en este país como la Lotería de Navidad , el sorteo más famoso y seguido de nuestro país, además de pistoletazo de salida para la época más familiar, religiosa y gastronómica del año. La Navidad en España es inexplicable sin este sorteo y nadie queda ajeno a él. Tampoco el mundo de fútbol, donde no todos cobran millonadas. De hecho, los sueldos de Cristiano, Messi o Neymar no es lo normal. Debajo de ellos, hay miles y miles de futbolistas que tienen sueldos normales y que también se van a la cama el 21 de diciembre soñando con que su décimo sea el Gordo que canten los niños de San Ildefonso. Y así ha sido en alguna ocasión.

Como en 1980, cuando el 60.076 hizo de oro a algunos jugadores y directivos del Club Deportivo Dolores , equipo de fútbol de la Primera Regional de Alicante. Cinco décimos del primer premio que dejaron 125 millones de pesetas en la entidad.

También en 1988, el Sporting de Gijón tuvo la fortuna de su lado. El 21.583 dejó entre jugadores, directivos y aficionados 7.000 millones de pesetas (42 millones de euros). El único que se quedó con las manos vacías fue el irlandés Kevin Mora , con poco apego a los juegos de azar, no compró lotería y acabó viendo como la fiesta del Sporting se convertía en una pesadilla para él.

Ya en este siglo, sería en un pequeño pueblo de Almería, Vélez-Rubio, donde el 08.103 dejara una lluvia de millones en toda la localidad, inclusive el equipo de fútbol que por entocnes militaba en Regional Preferente . Once de los veinticinco integrantes de la plantilla compraron décimos en la administración de lotería La Bruja, situada en Alcantarilla (Murcia) y el club también vendió 80 series en papeletas a sus aficionados. En total, 160 millones de euros para jugadores semiprofesionales, muchos de ellos estudiantes, que la vida le cambió por completo aquel 22 de diciembre de 2002.