Fichajes

El mercado deja en evidencia la pérdida de poder del Barça

La mala planificación y unos enloquecidos precios condenan al proyecto de Valverde a sobrevivir sin los refuerzos esperados

SERGI FONT

La fuerte inflación del mercado futbolístico fue el único argumento que esgrimió el Barcelona para justificar su escasa planificación y su errática estrategia para reforzar a una plantilla que se ha visto debilitada por la marcha de Neymar al PSG . Se esperaba con impaciencia la comparecencia de Albert Soler , director de las secciones profesionales, y de Robert Fernández , secretario técnico, para que dieran las explicaciones oportunas sobre los motivos por los que el Barcelona no había logrado fichar prácticamente a ninguno de los objetivos que se habían marcado para tratar de recuperar una hegemonía que está seriamente amenazada por el Real Madrid .

Lejos de cualquier muestra de autocrítica o de algún atisbo de dimisión, los garantes de la filosofía del club sacaron pecho y se justificaron. Albert Soler culpó a la inflación del mercado y se mostró orgulloso de no haber caído en las trampas de «un mercado que ha perdido el norte». « No es el Barça el que cuestiona que estamos en una situación extraña. Lo hizo ayer la UEFA . Está claro que algo está cambiando. Lo que tenemos muy claro es que no vamos a traspasar líneas rojas que pongan en riesgo la viabilidad del club», justificó el director de las secciones profesionales del club catalán.

Es innegable que la mencionada inflación del mercado tuvo un detonante, la unilateral decisión de Neymar de abonar los 222 millones de su cláusula de rescisión, pero, independientemente, la sensación que inhala el socio culé es que el club ha mantenido un romance con la improvisación y que ha perdido peso en el mercado internacional. Solo así se explica que las grandes opciones para reforzar a la plantilla se hayan diluido convirtiendo en parches a jugadores que únicamente deberían darle brillo al fondo de armario. Verratti y Bellerín eran los objetivos prioritarios . De nada sirvieron las maniobras de ambos para poder vestir de azulgrana. Siguen en PSG y Arsenal sin que franceses ni ingleses descolgaran ni siquiera el teléfono. Valverde tuvo que conformarse con Semedo y Paulinho, previo pago de 70 millones de euros más intereses.

Jean Michael Seri pasó a ser el sustituto de Verratti pero cuando el acuerdo era total y solo faltaba la firma, el Barcelona reculaba al darse cuenta que el perfil del marfileño ya estaba en la plantilla, lo que generó nuevas dudas sobre la efectividad del nutrido organigrama técnico culé y más incertidumbre sobre la hoja de ruta de la secretaría técnica. La inflación del mercado, eso sí, no importó a la hora de acordar el fichaje de Ousmane Dembélé por una cantidad que rondará los 150 millones de euros y que la juventud de francés convierte en una arriesgada apuesta. «Lo que no podíamos hacer tampoco era poner en riesgo la viabilidad deportiva del equipo y necesitamos un jugador que sustituyera la esencia de Neymar. Creemos que dentro de la locura económica, el proyecto de futuro tendrá beneficios», justificó Soler.

No obstante, como asegura la cultura popular, cada uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Reflexión que habría evitado que Robert Fernández generara unas expectativas que al final no se cumplieron. Fue el secretario técnico quien aseguró que vendrían «uno o dos jugadores». Coutinho y Di María eran los escogidos para completar el proyecto . Pero ninguno de los dos vestirá la camiseta azulgrana. Una nueva decepción para la masa social, que recibió las oportunas excusas por parte de los encargados de ponerles a disposición de Valverde. «A última hora, después de semanas de ofertas y conversaciones, el Liverpool nos puso precio a un jugador que deportivamente nos interesaba y que era 200 millones de euros. Decidimos que no lo hacíamos. No vamos a entrar en la irresponsabilidad de poner en riesgo al club», aseguraron.

«Coutinho, 200 millones»

La indignación de los socios aumentó con la respuesta del Liverpool, que no se hizo esperar ante las palabras de Soler. «Nunca hubo ninguna posibilidad de que Coutinho se marchase al Barcelona. Lo que han dicho es totalmente falso», aseguraron desde Anfield. La masa social culé interpreta que la justificación del Barcelona suena a excusa y confirma que la planificación no fue la adecuada. La improvisación ha sido una constante desde que Neymar canjeó la Sagrada Familia por la Torre Eiffel . Y a pesar de la lectura de la dirección deportiva, el Barcelona no tiene mejor equipo que el año pasado y el problema que se intuye es que será complicado mejorar el título de Copa que se logró entonces, salvo que Dembélé deje de ser una promesa para convertirse de repente en una realidad que presente sus credenciales para el Balón de Oro.

La imagen del Barcelona ha quedado debilitada y hasta la prensa afín se muestra crítica por los bandazos mostrados a la hora de buscar refuerzos y a la ausencia de autocrítica. Las explicaciones dadas desde el club suenan a excusa. «Si hubiéramos traído a dos jugadores por 270 millones tendríamos que haber dimitido por irresponsables. Unos estamos jugando al juego de la oca y otros dieron la vuelta al tablero para jugar al parchís», insistió Soler. Y el daño colateral puede afectar a Leo Messi , que reclamaba un equipo fuerte con el que aumentar su palmarés. Todavía no ha firmado su renovación, aunque el club asegura que el pacto es total.

Lo cierto es que el balance definitivo es que este mercado estival ha dejado al Barcelona desnudo, con las vergüenzas al aire y ha puesto en evidencia su extrema debilidad a la hora de contratar jugadores de primer orden mundial. Le han arrebatado a una de sus estrellas y no ha podido fichar a los futbolistas que deseaba.

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