Asier Illarramendi, en Las Rozas con la selección absoluta
Asier Illarramendi, en Las Rozas con la selección absoluta - EFE
Selección española

Illarramendi: «En el Madrid me faltó ser más valiente»

Renacido en la Real Sociedad, donde regresó después de una etapa irregular en el club blanco, Julen Lopetegui le ha abierto la puerta de la absoluta

LAS ROZAS Actualizado: Guardar
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Asier Illarramendi (Motrico, 8 de marzo de 1990) sigue siendo joven, pero ya no tanto. Cumplió hace unos días 27 años y, en su plena madurez, le llega un tren que por momentos pensó que jamás volvería a pasar, pues lo fue todo con la sub 21 y nunca ha debutado con la selección absoluta. Ahora ha hecho méritos en la Real Sociedad para estar en Las Rozas y Julen Lopetegui, que le conoce de maravilla porque le tuvo en las inferiores, le premia al incluirle en la lista para los dos próximos partidos de España, que tiene compromiso oficial el viernes ante Israel (en Gijón) y el martes 28 disputa un amistoso en París ante Francia.

Vive estos días en el campamento de la selección pendiente de las novatadas, reclamado por los medios y cumpliendo con los actos protocolarios que llenan la agenda del equipo.

Ayer, después de posar en una enorme foto de familia para celebrar la renovación del acuerdo entre la Federación y Pelayo, acude a la cita con ABC en manga corta, con el neceser bajo el brazo en esa tendencia tan de futbolista del siglo XXI. «Tranquilo, que aguanto, podemos estar aquí fuera», propone pese al vientecillo que altera la primaveral mañana, tan dispuesto a hablar de su excelente momento en la Real Sociedad como de los dos irregulares cursos que estuvo en el Real Madrid. Se presentó a lo grande como el futuro del centro del campo del conjunto blanco, con 31 colegas (él sufragó el viaje en autobús desde Motrico) posando en la zona noble del Bernabéu con Florentino Pérez, pero las cosas no salieron del todo bien y volvió por donde había venido. Ahora recupera esa confianza, un término que repite hasta la saciedad, el motivo de todo lo que le está pasando.

-Por fin recibe la llamada de la selección absoluta, una oportunidad de las buenas y más en este momento de reconstrucción.

-Sí, en ese sentido estoy muy contento. Venir aquí me hace feliz, estar en este grupo es magnífico. Estoy muy bien y me han acogido de maravilla, así que sí, es una oportunidad muy bonita. Ya conocía a gente de la sub 21, al míster también. Ya sé cómo trabaja, así que se trata de aportar todo lo que tengo, de dar el máximo y devolver la confianza con la ilusión y las ganas que siento.

-¿Llegó a perder la esperanza?

-Tanto como eso no. Sí que es verdad que en algunos momentos he llegado a pensar que estaba un poco lejos la selección. Al final, con el trabajo y el sacrificio todo puede llegar, y aquí estoy. Cuando acabó el Europeo sub 21 de Israel (2013, con España campeona y con Illarramendi de titular en el equipo que dirigía precisamente Lopetegui) fiché por el Real Madrid y en el aspecto deportivo las cosas no me fueron muy bien. De ahí salté a la Real Sociedad y, aunque el año pasado no fue muy bueno para nosotros, este año las cosas van muy bien y todos estamos aportando mucho. El premio es este: ahora me han llamado para la absoluta, antes llamaron a Íñigo (Martínez), en la sub 21 están tres chavales del equipo...

-¿Y por qué ahora sí está jugando bien al fútbol?

-Creo que al final influye mucho el equipo. Si está bien, todos destacamos. En cuanto a confianza estoy a tope, me están saliendo bien las cosas y sabemos a qué jugamos. Es fundamental en el fútbol creer en uno mismo. Y es verdad que aquí en el Madrid me faltó un poco de eso, pero de todo se aprende. De cada situación, de cada momento intentas coger todo lo positivo, aprender de todas las cosas que te pasan. Y eso es con lo que me he quedado de esos dos años. Un jugador no cambia, sigue siendo el mismo, sólo que a veces te falla la confianza. El aspecto mental es básico.

-¿En qué nota un futbolista la confianza? ¿Qué sentía en el Madrid?

-Al final, cuando tienes esa confianza de la que hablamos, intentas hacer de todo y muchas veces te sale ese todo. Luego, cuando te falta, intentas hacer lo mismo y fallas, y eso hace que quizá no vuelvas a intentarlo. Es verdad que en el Madrid no tuve confianza y valentía, que son conceptos que van unidos. Ahora ya me siento valiente, como todo el equipo. Estamos haciendo un juego bastante atractivo y por esa parte todo el mundo está contento, yo el primero.

-¿Le pesó demasiado el cambio tan drástico al Madrid, y más teniendo en cuenta que se pagó un buen dinero por usted (más de 30 millones)?

-Pesar no, pero sí que admito que fue un gran salto. Estaba en la Real, que es un club de la cantera, de gente de la provincia... Y el Madrid es todo lo contrario. Es un club de todo el mundo, un club con una repercusión tremenda, que llega a todos los rincones. Deportivamente, y en la vida personal, fue un gran cambio, es cierto. El primer año me costó un poco y creo que en el segundo ya estaba más cómodo, aunque como he dicho me faltó creer un poco más. Eso, básicamente, es lo que falló.

-¿Se magnifican demasiado las cosas en el Madrid?

-Sí, pero es normal. Es lo que tiene dada la importancia del club. Cualquier noticia pequeña pasa a ser un notición, pero se asume, todo el mundo sabe lo que hay. De todos modos, esa etapa ya pasó, y lo pasado pasado está. Lo importante es que ahora estoy disfrutando en la Real Sociedad y espero seguir así.

-Una de esas noticias que pasó a ser un notición fue la que protagonizó en el Carnaval de Azpeitia, pues acudió disfrazado de Batman a un encierro con vaquillas y se habló muchísimo de ello. Tanto que pidió disculpas ante el revuelo. ¿Le perjudicó en algo esa historia?

-Pues en nada, la verdad. Se habló muchísimo, claro, pero no me afectó en nada. Fue algo que hice en mi tiempo libre, aunque sí que es verdad que no lo hice muy bien, lo admito. Pero al final tampoco pasó nada, así que no me alteró demasiado.

-¿Cómo fue volver a casa?

-Pues fue muy fácil. Ya sabía lo que había, así que en ese sentido el regreso es sencillo. Yo quería volver a sentir otras cosas del fútbol y sabía que la Real era el destino ideal para empezar una nueva etapa (la entidad vasca pagó unos 16 millones por contratarle). En el Madrid era difícil sentirte importante porque no jugaba mucho y en los partidos grandes me quedaba fuera, pero aprendí muchas cosas

-¿Y usted de quién aprendió?

-Siempre me he fijado en Xabi Alonso. En Aranburu también, que ha jugado siempre en la Real. Cuando yo fiché, siendo pequeño, estaban jugando ellos dos en el centro del campo y les observaba mucho. Miraba a la gente de casa. Y he tenido la suerte de conocerles luego mejor, y eso me alegra mucho. Aprendí todo lo que pude de ellos.

-Xabi Alonso ya ha anunciado su adiós.

-Es una pena que no vaya a seguir unos años más porque yo creo que tiene muchísimo nivel. Al final tampoco quieres arrastrarte y él ha tomado la decisión después de meditar mucho el momento. Para mí él tiene nivel como para seguir algún año más, y yo le envié un mensaje diciéndole que podía seguir en la Real un tiempecito más... Pero es una decisión personal.

-¿Recuerda sus inicios?

-Sí, sí, por supuesto. Tengo recuerdos muy bonitos de jugar con mis amigos. Empezamos en la playa, me encantaba. También jugaba en un campo de rugby que era de gravilla... Cualquier sitio valía. No he tenido de todos modos muchas oportunidades de jugar con mis amigos porque fiché pronto por la Real, pero disfrutaba mucho.

-¿Qué hace cuando no juega?

-Pasar el rato con mis amigos, con la novia, con la familia. Me gusta estar con mi gente, pasear con mi perra (una labradora que se llama Nala). Soy de vida tranquila.

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