España-Costa Rica

Rodrigo: «Tengo el descaro brasileño»

El delantero, que mantiene el estilo de sus orígenes, renace con goles en el Valencia de Marcelino y pelea por estar en el Mundial

Rodrigo, durante su entrevista con ABC De San Bernardo
Enrique Yunta

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Aunque él mismo recuerda que lleva más tiempo viviendo en España que lo que estuvo en Brasil (nació en Río de Janeiro), Rodrigo Machado todavía mantiene un acento marcado, pues es imposible que olvide sus orígenes. Junto a Thiago, al que considera su primo pese a que no son de la misma sangre, aporta a la selección española ese punto de alegría tan de Brasil, en donde el fútbol lo es todo un arte alrededor de una pelota. Rodrigo es de los que la cuida, de los que la mima, y su excelente momento en el Valencia le ha abierto las puertas de Las Rozas, incontrolable el deseo por estar en el Mundial de Rusia vistiendo la camiseta de la discordia. «Es el gran sueño de todos. Tenemos muchas ilusiones puestas en poder estar ahí y estoy dispuesto a hacer de todo. En mi caso, debo seguir trabajando igual de bien en el Valencia, es lo que me permitirá estar aquí con esta selección», resume en una charla con ABC. Para estos dos amistosos, el de hoy ante Costa Rica y el del martes en San Petersburgo contra Rusia, el atacante entrará en el casting de Julen Lopetegui.

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Rodrigo fue mucho cuando crecía y ahora, por fin calmadas las aguas por Mestalla, resurge en un equipo que vuelve a ser lo que fue. «En realidad, no es que haya renacido. Creo que estamos en un buen momento tanto a nivel colectivo como individual. Se están haciendo las cosas bien, hay buen trabajo, y lo importante es seguir con esa mentalidad porque así las cosas irán saliendo igual de bien». A ese tópico, anteponiendo siempre la fuerza del grupo pese a que tiene motivos de sobra para presumir ya que cuenta con siete goles en lo que va de temporada, el delantero le añade una reflexión más profunda, recordando cuando en el estadio valencianista sonaba música de viento y él no estaba tan bien visto. «Obviamente, te sabe mal que las cosas no salgan bien. Sobre todo porque te esfuerzas y lo das todo, quieres que las cosas salgan bien. Pero son situaciones que forman parte del fútbol. Hemos vivido momentos complicados en lo deportivo y también en lo institucional con el Valencia, fueron dos años muy convulsos, con muchos cambios. No encontrábamos la estabilidad y eso acaba por afectar a todos en lo individual. No solo a mí, a todos. Por desgracia, también he tenido dos lesiones importantes en las últimas temporadas», recuerda. Hasta que, el pasado verano, llegó Marcelino y la presidencia del club entendió que no podía seguir por ese camino repleto de piedras.

«Con el Valencia, fueron dos años muy convulsos, con muchos cambios. No encontrábamos la estabilidad»

«Este año, desde la pretemporada, se veía que la cosa cambiaba y la llegada del míster fue fundamental. La reestructuración institucional también, con la entrada de Mateu Alemany (director general). Los que han llegado han aportado mucho y los que estábamos hemos cambiado para bien». El míster del que habla es Marcelino, que tiene al equipo segundo en la Liga y aguantando el ritmo del Barcelona, aunque se asume que aspirar al título son palabras mayores. «Marcelino nos ha dado una línea de trabajo muy clara. Lo importante fue el apoyo que ha tenido por parte de Alemany. Las cosas han salido bien, pero lo importante es que sabíamos que se sentía apoyado, que ha tenido todos los poderes para trabajar. Es muy exigente, entiende muy bien el fútbol y conocía la Liga desde hace muchos años. Nos ha dado orden y mucha seriedad, a mí me ha ayudado mucho».

Ajeno a las polémicas

Futbolero casi por obligación (su padre, Adalberto, también fue jugador), Rodrigo es una mezcla fantástica. «De Brasil aún tengo el descaro, el uno contra uno. Son cosas que no son solo de los brasileños, también el español es muy técnico, pero tengo esa cosa tan brasileña. De España tengo el rigor táctico, la disciplina. Pero, vaya, el fútbol brasileño y el español, en el fondo, son similares».

Antes de asentarse en la elite, se formó en el Ureca, el Celta y el Real Madrid Castilla, y en la sub 21 de España se dio un atracón de goles con 15 en otros tantos partidos . Debutó con Del Bosque en Luxemburgo, en 2014, y se le perdió el rastro, pero él nunca cedió en su fe. «Siempre que juegas tiene la ilusión de ir con tu selección. Yo debuté con 23 años y sabía y sé que España tiene grandísimos jugadores. Sabía que si las cosas cambiaban iba a tener mis posibilidades», defiende.

«Parece que siempre hay que buscar alguna polémica, pero nosotros estamos tranquilos»

Le reclaman para ir a la comida, pero él no se altera, aparentemente calmado y sin que le preocupe lo más mínimo el ruido que siempre acompaña a la selección. «Desde dentro no pensamos mucho. Son situaciones incómodas que se generan, ajenas al fútbol. Nosotros vivimos con tranquilidad y con respeto. La última concentración fue lo de Piqué, ahora lo de la camiseta, y parece que siempre hay que buscar alguna polémica, pero nosotros estamos tranquilos».

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