Gregorio Manzano, en el estadio del Beijing Guoan
Gregorio Manzano, en el estadio del Beijing Guoan - EFE
Entrenadores en el extranjero

El destino exótico del técnico español

Cada vez son más los veteranos que ponen rumbo a países lejanos que les reclaman para elevar su nivel de fútbol

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Xabier Azkargorta fue el pionero. El primero que se atrevió a dejar el país de manera casi permanente para entrenar lejos y exportar el modelo español. Un camino que han seguido muchos otros técnicos, que tras una carrera exitosa dentro del fútbol nacional se decantan por ofertas más exóticas cuando llega el tramo final de su carrera tentados por ofertas millonarias en muchos casos que esconden un proyecto sólido y atractivo.

José Antonio Camacho ha sido el último en dar el sí a la aventura. El exseleccionador está en Gabón estos días para firmar su compromiso con la selección africana. Por delante espera el reto de hacerlo bien en la Copa de África que disputará como anfitrión y de sentar las bases para elevar el nivel futbolístico del país.

Volver a sentirse útil después de varios años sin sentarse en un banquillo. Él, como antes Javier Clemente, Benito Floro, Gregorio Manzano o el mencionado Azkargorta, sabe bien lo que es tocar el éxito con las manos y verse lejos de los focos. «Llega un momento en la carrera de un técnico que ya ha tenido diez o quince años de éxito en Europa en el que hay que mirar hacia fuera. Es algo de sentido común y de lógica. Estos países ofrecen un proyecto sólido y muy atractivo económicamente, que reclama una sabiduría que es difícil de encontrar en técnicos más jóvenes», señala el agente Manolo García Quilón a ABC.

El Mundial conquistado por la selección en 2010 impulsó la exportación de futbolistas y entrenadores. Países en crecimiento de Asia, África y Oriente Medio apostaron por importar el fútbol de toque y para ello reclamaron los servicios de técnicos nacionales. Los nuevos sabios del fútbol nacional, que han llevado ese modelo a todos los rincones del mundo. «Cuando te llega la oferta para irte lejos por primera vez, dudas. En mi caso, ya había tenido la oportunidad de irme a China en 2011, pero entonces la corazonada no fue positiva. Hace tres años, tras analizar bien la oferta, me decanté por aceptar la aventura y echando la vista atrás puedo decir que estoy muy contento con esa decisión», afirma Gregorio Manzano a ABC.

Éxito y crecimiento

El técnico andaluz lleva desde 2014 en la liga china, donde ha ido haciéndose un nombre en un fútbol radicalmente diferente al europeo. «En Asia todo es distinto. Están muy lejos del fútbol europeo, pero se trabaja duro para recortar esa diferencia. Quizá, la próxima generación sea diferente y estén más cerca gracias al trabajo que se lleva haciendo en los últimos años en la base», señala el entrenador jienense, que este verano tuvo una oferta en firme para entrenar a la selección de China, una de las más importantes del continente asiático.

Cuando un club o una federación llama a la puerta de uno de estos técnicos españoles busca el éxito, pero también un crecimiento de su fútbol. Sentar las bases del futuro. «No es un retiro dorado. Al contrario. La responsabilidad es la misma, pero además de tener que alcanzar el éxito con la selección o el club de turno, su contratación lleva aparejada normalmente un trabajo de dirección de cantera y fútbol base», asume García Quilón.

Valorados lejos de casa

En la última década, el número de técnicos españoles repartidos por el mundo se ha multiplicado y ya supera la centena. Algunos de ellos son profesionales jóvenes que buscan fuera la oportunidad que no les da el fútbol nacional, pero la mayoría son entrenadores veteranos. Nombres que están en el imaginario colectivo del aficionado español y cuya experiencia se valora más lejos de la Liga.

Clemente, campeón con Libia
Clemente, campeón con Libia - EFe

«Lo que buscan en nosotros es un técnico de éxito que tenga conocimientos. Luego ya, depende de cada país para poder desarrollar mejor esa idea que tú tienes. Porque no es lo mismo entrenar a Libia que a Camerún. Sus objetivos son totalmente distintos y el entrenador tiene que adaptarse a ellos», valora Javier Clemente, que tras tres décadas en banquillos nacionales y europeos dio el salto al continente africano, donde dirigió a Camerún en 2012 y a Libia hasta hace unos meses.

Otro ejemplo de que cada vez son más los países que reclaman la sabiduría del banquillo nacional. Técnicos que han contribuido a que España sea una potencia y que en el tramo final de su carrera encuentran lejos de casa un refugio para seguir acumulando emociones.

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