Dani Carvajal, en un entrenamiento con España
Dani Carvajal, en un entrenamiento con España - EFE

Albania-EspañaDani Carvajal: «Soy lo que soy por mi barrio»

El lateral, fijo con Lopetegui y con Zidane, recuerda sus orígenes en Leganés como la base de su éxito

Shkodër (Albania) Actualizado: Guardar
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Dani Carvajal (11 de enero de 1992) es de Leganés, muy de Leganés. Habla como cualquier chico de barrio (Zarzaquemada, concretamente), eufórico a la hora de recordar sus ratitos con los colegas en el parque. Es su vida, incluso ahora que es el lateral derecho titular del Real Madrid y de la selección española. Se fue un año a Alemania para foguearse y volvió siendo un hombre hecho y derecho, con el mismo gen competitivo que gasta desde crío. «Yo quiero ganar siempre, eso es lo que me divierte», repite en su charla con ABC, con la mente puesta ahora en España y en el peligroso duelo ante Albania. Se especulaba con su salida del once para repartir minutos y no cargar demasiado, pero Sergi Roberto está tocado y Carvajal, que se perdió la Eurocopa por lesión, es uno de los fijos de Zidane y de Lopetegui.

España se empapa de su garra.

—Dicen de usted que no ha cambiado nada

—Es verdad. Suelo mantener un poco el sello de donde vengo, mis raíces, mis amistades, mi gente de confianza... Sí, creo que es la base de lo que soy. No por cumplir mi sueño y ser futbolista del Madrid voy a cambiar el cómo soy.

—¿Qué le inculcaron en su casa?

—Le debo todo a mis padres por la educación que me dieron. Me dijeron que el fútbol era secundario y que lo primero eran los estudios (acabó Bachillerato y empezó la carrera de INEF). El fútbol es un sueño, pero es muy difícil llegar. Y esa ha sido mi base, el mantenerme siempre con los pies en la tierra, ser un chico normal incluso cuando cumples objetivos. Llegas al Castilla, luego al primer equipo del Madrid... Mis padres ahí siempre me decían que tranquilo, que era el momento de disfrutar y me pedía

—En la actualidad, ¿cree que faltan estos valores en la educación?

—Bueno, bufff... Sí, también es verdad que los niños y la sociedad se fija en el estereotipo del futbolista peinadito, con Ferrari, que si esto o que si lo otro... Cuando alguien le dices futbolista, se asocia a esa imagen. Y ojalá cambie el estereotipo de futbolista porque también hay un alto porcentaje de chicos normales, que cumplen sus sueños sin alejarse de sus vidas.

—¿A usted que le queda del barrio?

—Me queda todo, soy lo que soy por el barrio. No vivo ahí ahora, pero me he movido a un sitio que está cerquita, estoy a diez-quince minutos. Tengo a mi familia, a todos mis amigos. Están los sitios a los que voy a tomar algo, al cine suelo ir ahí porque me gusta. Estoy muy relacionado con el barrio.

—¿Y qué hace ahí con sus amigos?

—Es verdad que ya no voy a centros comerciales o demás porque al final no deja de ser un agobio y hasta mis amigos lo pasan mal. Pero vamos al cine, a nuestros sitios de confianza a tomarnos unas cervezas, al parque de siempre a contarnos qué tal la semana... La verdad es que no ha cambiado demasiado.

—¿Y qué recuerda de cuando era niño?

—Recuerdo que casi siempre antes de ir al colegio yo me solía llevar el balón e incluso antes de empezar las clases jugábamos. Estábamos en la plaza jugando cuando acababa el cole... No sé, yo siempre he estado relacionado con el balón. Son muchos recuerdos y sobre todo buenos. Ya cuando vas creciendo recuerdas que tus amigos empiezan a llegar un poquito más tarde a casa y que tú te tienes que volver porque juegas en uno o

—Ahí se le recuerda porque en todos los pantalones llevaba rodilleras.

—Ja, ja. Sí, sí, porque los campos eran de tierra y cuando jugaba en Leganés, siendo prebenjamín y benjamín, estaba a la orden del día. Siempre iba al suelo, al corte, y acababa con las rodillas destrozadas. Entonces mis padres me pusieron unas rodilleras para que no pasase eso.

—Sus amigos dicen que era el más competitivo.

—Creo que lo sigo siendo. No me gusta perder a nada, incluso cuando pierdo en los entrenamientos me voy a casa cabreado. Y creo que esa competitividad es necesaria. Igual no llevarla al exceso, pero quien me conoce bien sabe que soy competitivo a más no poder y estoy muy orgulloso de eso. A quien le dé igual lo que hace, no lo siento de corazón.

—Hay quien disfruta con el mero hecho de jugar y hacerlo bien.

—Bueno, es que yo cuando voy a jugar al pádel con mis amigos voy a eso, a jugar al pádel y a pasarlo bien. Pero yo voy a ganar. No voy a jugar y decir «mira que golpe más bueno y que bien me lo he pasado». Voy a ganar y ganando ya disfruto más.

—El Madrid lleva ahora precisamente cuatro partidos sin ganar. ¿Le pasa algo?

—Hay momentos en la temporada en los que no todo es de color de rosa. Siempre hay rachas malas. Ya he dicho que quizá con un poquito de fortuna podríamos haber ganado alguno de estos cuatro partidos que hemos empatado. Pero bueno, creo que el equipo está bien, se está encontrando cada vez más a gusto. El partido del Éibar fue raro, el calor, la hora... No nos encontramos del todo a gusto, pero queda toda la temporada. No hay que ser muy pesimista tampoco, vamos a reaccionar y a revertir la situación y las victorias llegaran.

—¿Es pronto para hablar de que hay un problema?

—Sí, no creo que sea una crisis o un problema. Es lo que le digo, son rachas, la pelotita a veces no quiere entrar. Tenemos ocasiones y muchas veces con menos ocasiones y con menos tiros a puerta hemos conseguido ganar 4-0. No es crisis. Sí que hay cosas que mejorar, lógicamente, pero así lo haremos.

—¿Cómo actúa Zidane en una situación como esta? ¿Alza la voz?

—Es un entrenador que mantiene la calma, el positivismo, siempre es optimista. Mira el lado bueno de las cosas y al final hace falta un poco de esto. Estás en el Madrid y te sometes a mucha presión, cuatro partidos sin ganar y parece que el mundo se te viene en cima. Pero el míster sabe que hay que estar con buena actitud, que es muy pronto, que hay que hacer las cosas bien y creo que es la base de su éxito.

—Qué estrés ser jugador del Madrid, ¿no?

—Ja, ja. Bueno, sí, estás sometido a mucha presión. Me acuerdo una vez que hablé con Míchel Salgado y me dijo que cada temporada en el Madrid era como tres en otro equipo. A nivel de presión, de exigencia... Yo llevo cuatro y cada vez percibes más la exigencia que hay aquí. Tienes dos o tres partidos malos y la repercusión es abismal.

—Ahora ha vuelto a la selección después del chasco de la Eurocopa, a la que no fue por lesión en la final de la Champions.

—La verdad que fue muy mala leche. Estaba ya preseleccionado e iba a entrar, pero las lesiones llegan cuando menos te lo esperas. Hay que afrontarlo con optimismo. Me recuperé en verano, lo hice bien, y el fútbol me lo devolvió un poco con esa final de la Supercopa de Europa, en donde pude anotar el gol de la victoria contra el Sevilla.

—Golazo.

-Sí sí, la verdad que fue bastante bien. Un gol en una final, decidiendo un título... ¡Es algo maravilloso!

—Tiene bastante competencia en el lateral derecho, y en la selección ahora asoma también Sergi Roberto.

—En España hay muchos laterales, tanto por la derecha como por la izquierda. Y muy buenos, el nivel es muy alto. Aquí en la derecha estamos Sergi Roberto y yo por la derecha, en la sub 21 Bellerín... Están Juanfran, Mario Gaspar... Es bueno para nosotros para apretar y ponérselo difícil al seleccionador.

—¿Qué tal el seleccionador?

—Muy bien. Ya he coincidido con Julen en las categorías inferiores y es un entrenador que me encanta, comparto muchas de sus ideas y así es todo más fácil. Nos conoce bien y sabe el nivel que podemos dar. Se trata de juntar la experiencia de los jugadores con más partidos con la confianza que tiene en algunos jóvenes.

—¿Qué se puede esperar de esta España?

—Mucho. Tenemos jugadores fantásticos. Hay que dar un poco de margen al seleccionador, tiene que implantar sus ideas. El listón está muy alto por los últimos éxitos conseguidos, pero pienso que se nos puede exigir y que se pueden hacer grandes cosas.

—¿Se empapan del ambiente frío que hay ahora mismo en la afición?

—Uno se acostumbra a lo bueno muy rápido. Yo creo que la selección engancha, su juego es muy bonito, es muy atractivo. Ahora tenemos un partido muy difícil y yo creo que la gente lo verá y se enganchará a base de victorias.

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