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Fútbol base

Competición salda con dos multas la batalla campal entre padres

Sanciona económicamente al Alaró y al Collerense por los graves incidentes en un partido de infantiles

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El Comité de Competición del Fútbol Base de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares (FFIB) acordó este miércoles sancionar con sendas multas de 750 euros a la Unió Esportiva Alaró y a la Unión Deportiva Collerense, por los graves incidentes ocurridos en el partido de infantiles disputado el pasado 19 de marzo en el campo municipal de la localidad mallorquina de Alaró. La sanción impuesta ahora también implica la clausura del campo del Collerense hasta el final de la presente temporada. Contra la presente resolución cabe la presentación de un recurso en el plazo máximo de diez días.

Cabe recordar que el citado encuentro de infantiles fue suspendido en torno al minuto 60, cuando varios jugadores advirtieron al árbitro de que un futbolista del Alaró estaba persiguiendo y dando patadas a un jugador del Collerense.

En ese momento, según recoge el acta arbitral, varios seguidores del equipo visitante saltaron al césped, al parecer para intentar frenar esa agresión. Instantes después, quienes saltaron al terreno de juego fueron los aficionados del Alaró. A partir de ese momento, seguidores de ambos equipos, en su mayoría padres de los menores, protagonizaron durante unos minutos una batalla campal que acabó con varios heridos leves.

El Comité de Competición del Fútbol Base podría haber impuesto ahora sendas multas de hasta 1.000 euros, como máximo, tanto al Alaró como al Collerense, si bien al final la sanción ha sido algo menor. En cualquier caso, el citado órgano deportivo considera lo ocurrido como un suceso de máxima gravedad y recuerda que hubo «una serie de agresiones continuas y acciones violentas, todo ello en presencia de jugadores y hasta niños de corta edad, que tenían que ser retirados del tumulto para evitar ser alcanzados en los empujones y puñetazos».

Las imágenes de la trifulca, que dieron la vuelta al mundo, fueron grabadas por una mujer que se encontraba en el campo municipal del Alaró. Una vez suspendido el partido, las personas que habían sido agredidas presentaron denuncias por lo sucedido ante la Guardia Civil. A raíz de los citados incidentes, en los días posteriores fueron tomadas varias medidas por parte de los dos clubes implicados, la FFIB y las autoridades de la Comunidad. Además, las personas implicadas en la pelea declararon ante la Benemérita.

Por su parte, el Alaró acordó retirar de la competición a su equipo de fútbol infantil, mientras que el Collerense decidió apartar de la disciplina deportiva del club a los dos jugadores cuyos familiares participaron activamente en el suceso. Por lo que respecta a la FFIB, aprobó presentar una denuncia ante la Fiscalía por dichos hechos e informar de los mismos a la Delegación del Gobierno en Baleares. Con posterioridad, se acordó que en el último fin de semana de marzo se pararían todos los partidos durante un minuto, como señal de rechazo hacia los incidentes ocurridos ocho días antes.

Por último, los árbitros de Baleares propusieron que los insultos en cualquier campo de fútbol tuvieran consecuencias sobre el desarrollo de los partidos. En ese sentido, defendieron que tras un hipotético primer insulto se informase al delegado de campo y que en caso de que las descalificaciones personales volvieran a repetirse se suspendiera el encuentro. Esa medida ha entrado ya en vigor y se ha aplicado de momento en dos partidos, uno de Tercera División y otro de Primera Regional.

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