Roland Romeyer , presidente del Saint-Étienne , perdía este viernes los nervios después de que su equipo recibiera el tercer tanto en una polémica acción de un partido que acabó con una abultada derrota ante el Mónaco (0-4) . Una jugada que provocó la ira del dirigente, que saltó al terreno de juego para intentar pedir explicaciones al árbitro.
En el segundo tiempo, con 0-2 en el marcador, el Mónaco, por mediación de Fabinho, aumentaba la diferencia al anotar en fuera de juego. A pesar de las airadas protestas de los jugadores del Saint-Étienne, que costaron la expulsión al guardameta, Stéphane Ruffier , el árbitro daba por válido el tanto, lo que provocaba el enfado del presidente local. Roland Romeyer, encolerizado, bajaba de las gradas para pedir explicaciones arbitrales. Un objetivo que no conseguía porque el entrenador de su equipo le frenaba y evitaba males mayores llevándoselo hasta el túnel de vestuarios.
Colérico enfado del presidente del Saint-Étienne tras un gol del Mónaco en fuera de juego
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