El Barcelona pone bajo sospecha el final de la Liga

A falta de tres semanas para que expire la Liga todas las sospechas ya planean sobre el último partido del campeonato en el que las aficiones de Madrid y Barcelona dan por hecho que se dirimirá el campeón. Los azulgranas, obligados a ganar los cuatro partidos que les quedan, cierran la Liga en el Camp Nou ante el Eibar. No obstante, necesitan un tropiezo de los de Zidane para campeonar. Si los dos equipos cumplen sus expectativas y van contando sus partidos como victorias podrían llegar a la última jornada con todo abierto y mirándose de reojo. La última bala de los culés estaría en la Rosaleda, como sucediera en la época de Cruyff cuando el Barcelona ganó dos Ligas consecutivas (91-92 y 92-93) gracias a sendos favores del Tenerife y una tercera (93-94) tras un penalti que el meta del Valencia, González, le atajó al Deportivo.

Una derrota de los blancos ante el Málaga permitiría que la Liga se pudiera exhibir en el Museu gracias a la ventaja del gol-average.

Y aquí es donde han surgido todas las sospechas, puesto que el entrenador del Málaga es Míchel, un reconocido madridista que no ha rehuido las comparaciones con las Ligas que los blancos perdieron en Tenerife cuando el equipo canario era entrenado por Jorge Valdano. «Yo soy mucho más madridista que Valdano. Prefiero hacerle el pasillo a mi ex equipo que la puñeta», soltó el ex componente de la Quinta del Buitre. Sus palabras encendieron las alarmas en la Ciudad Condal al entender que el Málaga no pondría demasiada resistencia. El propio Míchel se vio obligado a matizar sus palabras tras la dimensión que habían tomado. «Es mi Real Madrid, pero también es mi Málaga. Tengo que cumplir con lo que me enseñaron allí. Tengo que respetar la competición e ir a ganar siempre. Mis jugadores no me entenderían si esa semana yo mirase a otro lado», se defendió.

Las sospechas pudieron quedar enterradas este mismo miércoles cuando tras la victoria del Barcelona ante Osasuna (7-1) se le cuestionó a Luis Enrique por las palabras de Míchel, del que fue compañero de vestuario durante cinco años, y si confiaba en el Málaga. La respuesta del asturiano confirmó aún más las dudas sobre la imparcialidad de su homónimo. « ¿Si confío en que el Málaga nos ayude? Si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta», ironizó el técnico del culé alimentando las sospechas.

Esta situación obligó ayer mismo al propio Míchel a volver a abordar este tema. « Es imposible que yo me deje ganar. Primero es no conocerme. Tengo amigos del Barça, Atleti y Madrid. En mi plantilla hay jugadores del Barça, Madrid y Atleti, pero, por encima de todo, son del Málaga. Es como las preguntas de si vas a celebrar un gol. Eso es que lo has marcado...», puntualizó en Radio Marca. Míchel lamentó: «Si no concedes entrevistas eres un borde y si las concedes, cortan y pegan. En todos los clubes hay sensatos y tontos pero nadie puede sospechar nada de mis palabras. Mi interés está en el Málaga, todo es desconocimiento, más que maldad. Hace tanto daño un tonto... no voy a decir un hijo de puta»,

Pero si había alguna posibilidad de apaciguar la situación y que amainara el incendio, el jeque y dueño del Málaga, Abdullah Al-Thani, trató de extinguirlo con gasolina y se sirvió de las redes sociales para poner en pie de guerra al barcelonismo. «Con la ayuda de Dios ganaremos al Real Madrid en el campo, pero la escoria de Cataluña no olerá la Liga después de las mentiras que han dicho sobre Míchel», publicó en Twitter. El revuelo originado le obligó a puntualizarlas posteriormente y a asegurar que su ira iba dirigida «a la prensa catalana que ha dicho que Míchel va a ayudar al Madrid para ganar la Liga».

Denuncia del Barcelona

El Barcelona denuncia en círculos privados que la competición está adulterada desde que se programó el partido aplazado entre el Madrid y el Celta para el 17 de mayo, cuando las jornadas deben estar unificadas. Y ahora ha reaccionado a las amenazas de Al-Thani con una acusación ante el Comité de Antiviolencia del CSD y el Departamento de Integridad de la Liga por «unas manifestaciones que atentan contra los principios del fair play, de la ética y de la legalidad que han de regir la competición deportiva». Al malestar del Barcelona hay que sumar la indignación por las palabras de Javier Tebas, presidente de la Liga, cuando manifestó que «como madridista fue una pena el gol de Messi» en el Bernabéu.