Arabia Saudí

Juanmi Callejón: «Mi mujer ni siquiera podía venir a verme a los entrenamientos»

Por primera vez en su historia, Arabia Saudí permitirá a las mujeres asistir como aficionadas a un partido de fútbol

Rubén Cañizares

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Dentro de 48 horas, Arabia Saudí habrá dado un pequeño paso en su lento caminar hacia un país donde las mujeres no sean un mero objeto ataviado con abaya, velo y guantes. Difícil recorrido para una nación encasillada en otra época, en la que el sexo femenino no puede conducir, probarse ropa en una tienda, acudir a un cementerio o centro religioso y bañarse en la playa, además de necesitar el permiso de su marido para expedir un pasaporte, viajar o acudir al médico. Son solo algunas de las muchas prohibiciones que las mujeres sufren en uno de los países más restrictivos del mundo, en los que el deporte también es un terreno penalizado para ellas, aunque desde este viernes, un poco menos.

A orillas del Mar Rojo, en el estadio King Abdullah de Jeddah, setenta y cinco kilómetros al oeste de La Meca , el partido de la primera división saudí entre el Al-Ahli y el Al Batin marcará una raya en las machistas costumbres del país árabe. Por primera vez en su historia, las mujeres podrán acudir como espectadoras a un partido de fútbol, aunque la luz verde tiene letra pequeña. Lo tendrán que hacer acompañadas de un familiar varón: «Me da mucha pena cómo tratan a las mujeres en este país. Yo he estado un año jugando allí y ha sido impactante. Con el paso del tiempo, acabas por acostumbrarte, pero las primeras semanas choca bastante», detalla a ABC Juanmi Callejón, el hermano gemelo de José Callejón.

El príncipe, clave

El futbolista motrileño ha jugado durante todo 2017 en el Al-Ettifaq, equipo de la Primera división saudí. Los primeros diez meses estuvo viviendo solo, a la espera de que Marco, su segundo hijo, cumpliera los cuatro meses. Lo hizo en noviembre, y fue entonces cuando toda su familia se desplazó a Dammam, ciudad al este del país, a escasos noventa kilómetros de Bahréin : «Alba, mi mujer, tenía que salir a la calle tapada de los pies al cuello. El velo ya era opcional para ella, por ser extranjera, pero sí debía llevar el pelo recogido al tener la extensión del pelo por debajo de los hombros. Ella se habituó rápido, pero ni siquiera ha podido acercarse a un solo entrenamiento. Había días que me llevaba a Álvaro, mi hijo mayor, y ella tenía que quedarse en casa con Marco. De hecho, en el que ha sido mi club, no había ni un solo departamento en el que trabajaran mujeres».

La presencia de ellas en las gradas de un partido de fútbol forma parte de las reformas introducidas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman , centrado en disminuir el poder y la influencia de las autoridades religiosas y en establecer un Islam más moderado y abierto al siglo XXI. Ya el pasado mes de septiembre, las mujeres pudieron acceder por vez primera a un estadio en Riad para la celebración del Día Nacional, y el próximo mes de junio podrán ser conductoras: «Aunque no se compartan, debes respetar las leyes de este país. Incluso hablar de por qué la mujer es tratada así no está bien visto. Pero es lo que hay. Ojalá esta novedad sirva para que ellas puedan vivir con mayor libertad en los próximos años», sentencia Callejón.

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