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La Liga

Alerta naranja en la zona baja

Tras cuatro jornadas, seis equipos de La Liga aún no han podido ganar ningún partido

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Es cierto que solo doce puntos de los ciento catorce que La Liga pone en juego cada edición han sido disputados, pero la brevedad de lo jugado no evita que las primeras urgencias de la temporada vayan apareciendo. Málaga, Español, Granada, Osasuna, Celta y Valencia aún no han ganado ninguno de sus partidos y, si la alarma no salta por la necesidad extrema de puntos dada la altura de la competición en la que nos encontramos, sí lo hace por el juego que estos conjuntos están desarrollando.

El caso más sangrante es el del Valencia, que lejos de haber cantado alguna victoria, no ha podido sumar si quiera un solo punto. Cuatro derrotas en cuatro partidos para los de Pako Ayestarán, cada vez más cuestionado en el banquillo del club que ahora preside Lay Hood Chan.

Tras perder a Mustafi y Alcácer sobre la bocina, además de otras piezas trascendentes como André Gomes, los de la capital del Turia no logran ensamblar sus nuevas piezas y siguen dando la sensación de estar lejos de poder sumar tres puntos en sus próximos partidos.

Un punto más que los colistas tiene el Celta de Vigo. Los de Berizzo, con un gol, son el equipo menos anotador del campeonato, dato que repercute directamente en valorar la pérdida de Nolito como un auténtico drama. El gaditano promediaba 0,4 goles por partido, o lo que es lo mismo, uno cada 15 días. Sin haber logrado aún asentar un once reconocible, y con Orellana desaparecido del mapa, la victoria sería un bálsamo que haría ver las cosas desde otra perspectiva.

El siguiente peldaño en esta escala de necesidad lo ocupan cuatro equipos que disponen como mayor logro hasta la fecha de haber empatado dos de sus cuatro partidos. Podría dividirse el cuarteto en dos si se atiende a las expectativas generadas durante el verano: en uno estarían Málaga y Español, clubes que contrataron entrenadores sugerentes en su propuesta y cuyos fichajes invitaban al optimismo; en otro, Granada y Osasuna, llamados a pelear en la zona baja de la tabla desde el inicio de la competición.

La marcha de Javi Gracia a Rusia dejó al Málaga desnudo, desprovisto de líder. Para solventar la pérdida llegó Juande Ramos, y con él, una serie de fichajes (Jony, Keko o Llorente) que hacían presagiar tiempos de bonanza en la ciudad andaluza. Pero hasta el momento, el Málaga está decepcionando. Como también lo está haciendo el Español de Quique Sánchez Flores, proyecto que olía a revelación a tenor del buen desempeño reciente del técnico en la Premier y de la buena cartera de jugadores con la que se habían recompuesto los pericos. A la espera de que consigan rodar a muchas caras nuevas sin apenas minutos hasta la fecha (Demichelis, Reyes, Javi Fuego, Jurado), los blanquiazules no carburan.

Pese a lo estimulante que pudiese antojarse la llegada de Paco Jémez al Granada, el desmantelamiento sufrido por la entidad nazarí obligó a construir un equipo desde los cimientos: en el último partido ante el Betis, solo dos futbolistas del once inicial habían estado en la 2015-2016 en la entidad granadina. Lo exigente del innegociable plan de Jémez hace que la coordinación de las variopintas piezas de las que dispone aún requiera tiempo, aunque por el camino deberá legitimar su validez con alguna victoria no muy lejana. Osasuna, recién ascendido a la categoría reina, quizás sea el menos exigido de todos por su condición de novel. Hecho que contradice el buen arranque de sus homólogos, Alavés y Leganés. Conscientes de las dificultades que encontrarán para sumar fuera de casa, los rojillos tienen en El Sadar un argumento de peso para alimentar su cuenta particular.

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