Mata, en un acto solidario de la Fundación Laureus e IWC en un colegio de educación especial de Madrid
Mata, en un acto solidario de la Fundación Laureus e IWC en un colegio de educación especial de Madrid - BELÉN DÍAZ
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Juan Mata: «No me gusta nada el fútbol actual»

El asturiano, que vuelve a cobrar protagonismo en la selección española, adora el deporte y la pelota, pero no todos los elementos externos

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Antes de sentarse para charlar con ABC, Juan Mata se parte de risa con unos niños discapacitados físicos e intelectuales que lloran de nervios al verle. Admite que es «niñero» y dice que le encanta, «de corazón», participar en actos como este de la Fundación Laureus e IWC en el colegio de educación especial Princesa Sofía. Regala fotos, firma tantos autógrafos como peticiones tiene y se pone en pie para saludar. En la despedida, da incluso las gracias por la asistencia y solo las exigencias de la agenda le frenan en su discurso, reposado y fuera de lo común en el tópico mundo del fútbol. Está a punto de terminar dos carreras (Marketing e INEF), lee y celebra su regreso a la selección española después de un tiempo ausente.

Sus geniales actuaciones con el Manchester United, con jugadas soberbias como la de la asistencia de espuela que dio en la Champions hace una de semana, justifican la llamada de Del Bosque.

–En serio. ¿Ese taconazo contra el Wolfsburgo, lo hace adrede?

–No vi que estaba ahí mi compañero, pero conforme se estaba desarrollando la jugada, y según me venía el balón, me salió así porque el balón de Schweinsteiger tenía que ir ahí. Intuí que alguien estaría por la zona. Pero ese pase solo es bueno si alguien lo mete.

–¿Se piensa en un campo de fútbol?

–Eso fue intuición.

–Pero ¿da tiempo a pensar?

–Sí, sí, mucho. Los entrenadores piden muchas veces que no pienses, que actúes. Pero hay que pensar en situaciones difíciles, en cómo perfilarse, en qué hacer... Rápido, pero hay que pensar.

–¿Le sirve el tener estudios, con dos carreras casi terminadas, a la hora de jugar?

–Mmmm... No lo sé, pero tampoco crea que influya. Uno es bueno por sus cualidades. Hay muchos jugadores fantásticos que no han podido estudiar.

–Lleva tiempo en Gran Bretaña. ¿Se siente ya medio inglés?

–Bueno, llevo ya tiempo ahí, pero me siento español, mucho. Obviamente echo muchas cosas de menos, sobre todo la familia. La verdad es que me he adaptado muy bien a vivir ahí, a la cultura inglesa, a su vida.

–¿Qué le da Inglaterra?

–Me da tranquilidad, la posibilidad de aprender otro idioma, otra lengua, vivir en una ciudad como Londres, ahora conocer una ciudad más británica como Manchester. Y sobre todo la posibilidad de jugar en una liga tan bonita como la Premier, es del todo recomendable.

–¿Qué hace ahí?

–Me entreno por la mañana y ahí comemos todos juntos. Se hace más vídeo, más análisis del partido de turno... Depende de los entrenadores, pero con Louis van Gaal estamos más tiempo en la ciudad deportiva. Vivo cerca de ahí y luego mi día depende de si tengo amigos invitados o familia. Descanso, voy a cenar por Manchester...

–¿Sale mucho a la calle?

–Sí, pero menos que en Londres. No vivo en la ciudad, es una zona residencial, pero me gusta ir a Manchester.

–¿Por qué hay tantos españoles en Inglaterra y en otras ligas de fuera?

–Nos hemos quitado ese miedo. Creo que hay tres razones. La primera, por el reconocimiento mundial que se ha ganado la selección española en estos últimos años, los clubes se fijan más en nosotros. La segunda, porque hasta hace unos años era muy difícil conseguir títulos si no jugabas en el Madrid o en el Barça. Y eso se ha igualado. Y la tercera, por el dinero.

–¿Recomendaría a los futbolistas españoles que salieran del país?

–Recomendaría que al menos jugaran una temporada en la Premier, que vivan lo que es el fútbol inglés. Es diferente a todo, es muy especial.

–¿Es más fútbol que en otro lugar?

–La pasión es insuperable, y la manera en la que los aficionados lo viven y entienden el fútbol también. ¡Y la pureza! Sobre todo la pureza. Es lo que hace esa liga diferente. Quizá táctica o técnicamente no es tan buena como la española, pero por ritmo, por entrega, por el hecho de que cualquiera te pueda ganar, por emoción... Es único.

–Y, fuera de Inglaterra, ¿se está perdiendo la pureza del deporte?

–Puede. A mí el fútbol actual no me gusta. Me gusta el deporte, pero el negocio del fútbol no me gusta nada. No.

–¿Qué no le gusta?

–No me gusta en lo que se está convirtiendo. Demasiados intereses creados, demasiadas injusticias. Me gusta jugar a fútbol, me encanta entrenarme, me encanta la sensación de jugar un partido importante, el sentirte futbolista, pero no lo que rodea al fútbol.

–¿No es lo que parece?

–La gente lo que ve es el partido. Una hora y media cada semana. Se ve que hay entrenamientos, que hay que llevar a un grupo, que hay repercusión, prensa, sentimientos... Es un espectáculo, pero debe ser visto como un deporte que sirva para alegrar y para unir. Hay aspectos oscuros desconocidos.

–¿Y por qué es tan difícil ver a un futbolista normal y sin estridencias?

–Yo creo en la normalidad. Yo soy futbolista, gracias a Dios. Pero, al fin y al cabo, soy un chico normal que tiene una vida atípica para su edad. Una vida irreal. Sí que es cierto que el reconocimiento social, el éxito, el sueldo..., te pueden hacer perder la perspectiva y no ver la realidad como debería ser.

–¿Le gustaría ser anónimo?

–No me molesta mi vida. No me molesta que me conozcan, que me pidan fotos... Lo llevo bien. Hay momentos en los que te gustaría poder hacer cosas de forma más tranquila, o relajarse, pero nada me perturba mis planes.

–¿Se considera un jugador clásico?

–Me gusta la pureza, como decía antes. Me gustan los partidos, pensar cómo ganar, en los aficionados que van fuera de casa... No sé si eso me convierte en un futbolista antiguo o tradicional, pero es lo que me motiva. Aunque también hay cosas del fútbol de ahora que me gustan. Lo que implica el marketing, el asociarse a marcas.

–¿Participa en sus contratos?

–Tengo un despacho de asesores que redacta todo, pero siempre me ha gustado estar al tanto de las negociaciones que he tenido a lo largo de mi carrera. Me gusta. Igual se me ocurre algo y lo comento. Me gusta estar al tanto de lo que pueda pasar en mi día a día.

–¿Con quién le ha faltado jugar?

–Con Zidane. Con Aimar. Con Ronaldinho. Y ya por pedir, con Maradona.

–¿De dónde sacó esa zurda tan fina?

–¡Ojalá de alguno de ellos! Mi padre era zurdo y siempre me ponía vídeos de Maradona. Siempre me han gustado más los zurdos, tengo predilección por esos jugadores, aunque Zidane, Aimar o Ronaldinho fueran diestros.

Ha pasado de Mourinho en el Chelsea a Van Gaal en el Manchester United. ¿Quién le ha gritado más?

–Yo creo que Van Gaal. Cada uno tiene su forma, pero Van Gaal tiene una personalidad muy fuerte y lo expresa hasta entrenado. Es el técnico que he tenido que más lo expresa, pero tanto para bien como para mal. Cuando lo haces mal te grita, pero también te abraza y te da un beso si lo haces bien.

–También ha tenido a Benítez. ¿Cómo ve su situación actual?

–Es también un técnico rudo, serio... Solo tengo buenas referencias y recuerdos de él, es un entrenador que exprime mucho a los jugadores, saca lo mejor de cada uno.

–Y ahora selección. ¿Se ha perdido apego por España?

–Es muy difícil igualar tanto lo que hemos vivido. Desde que se ganó la Eurocopa con Aragonés, que en paz descanse, hasta la Eurocopa de 2012, se ganó todo. Hay un nivel de exigencia muy alto y nadie lo había hecho. Sin comparar con el anterior equipo, creo que seguimos al nivel de las mejores potencias mundiales.

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