Holanda tiene todavía muy presente el gol de Andrés Iniesta en el minuto 116 de la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Dolió tanto que cinco años después el Amsterdam Arena recibió con una sonora pitada al jugador del Barcelona cuando saltó al campo para sustituir a Santi Cazorla.
En aquella tarde de julio, Iniesta logró el gol a falta de cuatro minutos para que la final del Mundial se decidiera en los penaltis. Y los holandeses no han olvidado lo que significó aquel disparo porque el jugador fue abucheado cada vez que tocaba el balón.
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