Bajo una bandera del Rayo Vallecano y acompañado por los que más le querían, el cuerpo sin vida de Wilfred fue conducido desde el Tanatorio Jardín para recibir sepultura. Junto al coche fúnebre, varias coronas de flores -una de ellas del Real Madrid , el único club que tuvo ese gesto con el portero- y muchos amigos.
Entre ellos, Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, y los hijos del portero nigeriano, que llegaron a Madrid gracias al esfuerzo del Rayo Vallecano para poder despedirse de su padre.
Un adiós sentido de todo el mundo del fútbol, consternado por el fallecimiento prematuro del guardameta, víctima de un cáncer.
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