Isco recibe la felicitación de Jordi Alba y Koke tras anotar el 1-0
Isco recibe la felicitación de Jordi Alba y Koke tras anotar el 1-0 - AFP
CLASIFICACIÓN EUROCOPA 2016

La nueva España espanta sus fantasmas

Brillante partido de la selección, con Isco en plan estelar, que abrió sin problemas el cerrojo de una discretísima Bielorrusia

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España resolvió con eficacia y, por tramos, con brillantez, el compromiso frente a Bielorrusia, que bastante hizo con no llevarse un saco de goles. Buenas noticias para un grupo que ha estado más preocupado por el ruido que por las nueces en los últimos tiempos. La movida sobre el compromiso o no de ciertos jugadores y el entrometimiento de Mourinho había apagado el debate futbolístico, necesario para una selección que necesita refrescarse y volver a creer en sí misma. En el despertar ayudaron mucho los jóvenes valores, en especial Isco, cuyo presente es apenas una pincelada de lo que anuncia su futuro, y también alguien llamado a ser su compañero de fatigas en la selección, el rojiblanco Koke, incansable en la recuperación y clarividente en la distribución de juego.

[Así hemos narrado el partido]

Los focos se fueron desde el arranque hacia Isco, al que muchos ven como el primer relevista de la vieja y gloriosa guardia. Adoptado por la grada como su favorito, cada finta o pared fueron celebradas con entusiasmo incluso antes de que entregara la delicatessen de la noche. No estuvo solo el malagueño en el bordado de jugadas, bien apoyado por Cazorla y Koke, y con las correrías por la banda de Juanfran como opción más que potable para abrir la lata bielorrusa.

España avisó enseguida con Pedro, que no juega en el Barcelona pero fue titular en Huelva. Cazorla le filtró un pase que le dejó solo en el punto de penalti, pero el tinerfeño envió fuera la pelota de forma inexplicable. No tardó Isco en pasar de las palabras a los hechos. El multiusos Koke interceptó la salida del balón de la defensa rival, cedió al joven talento del Real Madrid en la frontal del área y éste despachó un tiro que quitó las telarañas de la escuadra de la portería. No hay antídoto mejor para los malos rollos que empezaban a parasitar la selección.

Estaba el público digiriendo ese prodigio de magia con precisión cuando Busquets recogió un rechace y soltó un derechazo raso que encontró la red junto al poste. 2-0 en veinte minutos, pero sobre todo el mejor fútbol de España en mucho tiempo. Elbotín aplacó un tanto los ánimos, lo que agradeció Bielorrusia, que en cualquier caso no estuvo para muchos trotes. Piqué, otro recuperado para la causa como Pedro, tuvo junto a Ramos una velada bastante plácida, porque el recurso de los pelotazos bombeados no les ocasionó inconvenientes.

La diversión continuó tras el descanso, con un remate de cabeza de Alcácer que repelió el larguero, preludio del gol de Pedro, que casi siempre acaba por dar la razón a Del Bosque. El tanto se cocinó en una perfecta combinación entre Cazorla y Juanfran, que ya metido en el área cedió al tinerfeño para que fusilara a placer.

Se estiró tímidamente Bielorrusia, que esperó más arriba y forzó un par de saques de esquina, pero salvo Krivets, tal vez su jugador con más luces, todos los demás estuvieron realmente flojos. Casillas detuvo el primer balón enviado sobre su portería a los 78 minutos. Los cambios (Callejón por Cazorla, al que se le quiere en el Colombino por su pasado en el Recre, y Morata por el ídolo Isco) animaron el tramo final del encuentro, junto con un espléndido remate de Pedro a la madera. Los recién incorporados intentaron agradar, pero contaron con pocos minutos. Primeros pasos con esta nueva España que quiere producir nuevos (y buenos) recuerdos.

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