500 millas de IndianápolisAlonso aprueba el teórico

Se muestra muy feliz después de superar el test de los novatos y rodar con un McLaren-Honda que no se rompe

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La primera sonrisa de Fernando Alonso en 2017 le sobrevino en una ciudad del norte de Estados Unidos que asocia su nombre al hundimiento de un crucero en la Segunda Guerra Mundial, Indianápolis, y en un circuito en forma de óvalo que es algo así como el doble o el triple de los trazados que conoce de sus andanzas en la Fórmula 1. El piloto español realizó las pruebas preceptivas para ser considerado apto para conducir en las 500 millas de Indianápolis, se subió a un McLaren-Honda que aguantó 88 giros sin romperse y alcanzó una velocidad punta de 356 kilómetros por hora. Argumentos para su felicidad lejos de la Fórmula 1 y del desdichado año que está viviendo.

Alonso ya tiene la «L» del novato y su semblante es otro.

«El coche me lleva a mí. Se conduce solo. Ahora tengo que pilotarlo yo», alabó nada más bajarse del monoplaza. El primer tramo de su participación consistió en ahormar vueltas sin pasar de una velocidad (en torno a los 345 kms/h). Después de eso completó un extenso programa de entrenamiento, casi cuatro horas de trayecto sin un solo contratiempo en el motor Honda del McLaren-Andretti, el coche que ganó la última y centenaria edición en las manos del estadounidense Alexander Rossi.

El asturiano tripuló un coche completamente naranja con publicidad compartida de la escudería de Fórmula 1 y lució el número 29. «Ha hecho exactamente lo que sabíamos que podía hacer y con un buen estilo», explicó Mario Andretti, el propietario del equipo.

Ensayo abierto

Estados Unidos se rige por un modelo de marketing completamente diferente a la Fórmula 1. La actuación de Alonso se pudo seguir por «streaming» en internet, sin coste adicional, como si fuese un foro abierto. Las cámaras captaron conversaciones de Alonso con sus jefes de equipo en el muro de control sin ningún impedimento. Ya lo expuso Bernie Ecclestone, cuando criticó a los nuevos dueños de la Fórmula 1, norteamericanos como las 500 millas. «La F1 es un reducto vip, no una hamburguesería».

Alonso descendió del bólido y se declaró conforme. «Vas como una flecha. En el simulador parece más fácil». Está feliz porque puede conducir al límite. «Mi pie derecho parecía que tenía vida propia», bromeó. «Ha sido muy divertido, una buena forma de conseguir la velocidad», enfatizó. «Ahora queremos lograr más información y conocer todo lo que debo mejorar yo», se ilusionó. «Quiero experimentar todas las sensaciones, jugar un poco, es todo nuevo», matizó. El próximo 28 de mayo quiere ganar las 500 millas.

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