Alonso regresa en su circuito fetiche

No ha llegado el día en que McLaren y Fernando Alonso quieran discutir. Todavía no ha debutado el piloto en su segunda vida con los ingleses y la escudería le protege con mensajes oficiales políticamente correctos, saneados desde el punto de vista comunicativo y que invitan a la interpretación, pero salvan los intereses de todos. Se apresta a estrenarse Alonso con McLaren el próximo fin de semana en Malasia y aún escuecen los rescoldos del accidente de Montmeló. Sintió la dirección dura, dice el equipo. Pero no falló nada, apostilla en el mismo texto. Alonso y McLaren quieren cerrar el episodio del golpe en Montmeló. El español regresará a la acción en su circuito fetiche, el único en el que ha ganado con tres equipos diferentes (Renault, McLaren –2007– y Ferrari).

Todos los circuitos podrían ser talismán para todos los pilotos de Fórmula 1. Este deporte solo expone en la pasarela pública las bondades de cada participante y tapa los fracasos. Es costumbre cada fin de semana de carreras que los pilotos rememoren su lista de éxitos como quien enumera su nómina de conquistas amorosas. En el caso de Alonso, Malasia representa la primera vez.

En Sepang consiguió el español su primera pole en la Fórmula 1 (2003). También la victoria inaugural de la temporada que lo coronó campeón del mundo (2005) con Renault. Ganó en Malasia su primera carrera con McLaren en 2007. Y también triunfó con Ferrari en 2012. Por múltiples motivos, este circuito es especial para el asturiano.

Sepang es un circuito enclavado en la selva malaya, rodeado de la frondosa vegetación del lugar y proclive a recibir la bendición del agua. Siempre llueve en Malasia después de la hora de la comida. Su proximidad al aeropuerto de Kuala Lumpur (KLIA) y al hotel Pan Pacific, donde suele concentrarse la mayor densidad de pilotos de F1 durante todo el año, lo convierten en un destino singular. Es, además, un trazado democrático. Ofrece oportunidades para todos (largas rectas, curvas rápidas, curvas lentas...). Se dice en la F1 que el coche que funciona en Sepang es el prototipo que gobernará a los demás durante todo el año. Salvo raras excepciones, así suele suceder.

El desastre de Australia

Hasta allí se ha desplazado Alonso con la ilusión de remontar el desastroso arranque de su equipo en Malasia. Últimos en la clasificación de Australia y último Button en la carrera. No habrá milagro en el sureste asiático por la aparición de Alonso al volante del McLaren. El coche lleva mucho retraso en la adaptación al motor Honda y no se dan pasos de gigante de una semana para otra en la F1.

Alonso y los trabajadores de McLaren han convivido durante varios días en Woking para acortar plazos en reuniones de trabajo y en horas con el simulador. También han acercado posturas respecto a lo que sucedió en el accidente del español en Montmeló. McLaren asegura en un comunicado que «no había nada evidente en los abundantes datos de la telemetría del coche, ni nada anormal en las subsiguientes reconstrucciones ni en los test de laboratorio. Fernando recuerda una especie de dirección pesada antes del accidente, y en consecuencia el equipo ha incorporado al coche un sensor adicional para aumentar la captación de datos».

Ni para ti ni para mí. Entre el viento y la dirección pesada, McLaren trata de concluir el serial.