Cádiz CF

Una pasión de Cádiz a Oviedo

Gaditanos y asturianos viven días donde la pasión se escribe con mayúsculas de cara al 'play off' de ascenso que comienza este domingo en el Carlos Tartiere

Rubén López
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La afición del Cádiz aplaude a sus jugadores en un partido de la pasada temporada
La afición del Cádiz aplaude a sus jugadores en un partido de la pasada temporada

“Si no entiendes mi locura, no entiendes mi pasión”. Esta frase me la decía un aficionado hace dos días en las colas del Estadio Ramón de Carranza cuando a aquello de las 2 de la madrugada, un centenar de valientes o locos aguardaban en las inmediaciones de las taquillas para poder hacerse con una entrada del Oviedo-Cádiz de este domingo.

Siempre chocará el porqué unos cuantos deciden pasar la noche al raso con el objetivo de gastarse 20 euros por una entrada en un partido de fútbol. Al igual que pasará lo mismo si la historia se repite para un concierto de David Bisbal o una semifinal del Gran Teatro Falla, por ejemplo.

Seguramente muchos no entiendan estas acciones e incluso tilden de locos a aquellos que se prestan a pasar horas y horas por ver un Oviedo- Cádiz que al final es, sobre todo, un partido de fútbol.

Habrá quien los tilde de locos y un largo etcétera, sin entender éstos que los que pasan la noche en la cola no necesitan que nadie los entiendan o comprendan. Cada uno vive sus pasiones a su manera, y cada uno es libre de hacer por sus pasiones lo que vea oportuno. ¿Qué haríamos en esta vida sin una pasión o un amor desenfrenado por el que volvernos locos y hacer cosas que jamás pensaríamos que haríamos?

Eso es el fútbol, y en este es el caso del Cádiz CF y el Real Oviedo. Dos clubes que por causas de su propia historia militan en una categoría que no les pertenece. Entidades que son grandes por su afición, no por sus jugadores, ni por sus presidentes o estadios, ni mucho menos. Son lo que son por las masas sociales que arrastran a su paso.

Bendita locura ser cadista u oviedista. Bendita pasión animar a dos clubes sufridores que a las malas han encontrado siempre el apoyo de un hombro. Que no me cuenten otras historias futbolísticas, Cádiz y Oviedo son al unísono el fútbol en toda su ley y esplandor. Porque los títulos se consiguen en el día a día y en el amor a unos colores, y que nadie busque una explicación, la locura se viste de amarillo y azul.

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