CÁDIZ CF

Tortuoso camino

". Tan finos eran los alfileres que sujetaban a este equipo, que la sola lesión de su hombre más en forma, Salvi, ha venido a derrumbarlo por completo"

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Álvaro García, decepcionado tras la derrota
Álvaro García, decepcionado tras la derrota

A falta de cinco jornadas para la conclusión de la temporada, el Cádiz CF ha dicho adiós, de manera precipitada y dolorosa, a su primordial propósito de erigirse campeón del grupo.

No podía suceder de otra manera, después de sumar sólo un punto de los últimos nueve posibles y una vez comprobado cómo su nivel de juego ha vuelto a precipitarse sobre esas permanentes ciénagas de la impotencia, de las dudas y de la precipitación.

Fangos, de los que tanto nos costó salir, y en los que de nuevo nos encontramos desde aquella fatídica mañana de Resurrección para el Betis B y de descenso a los infiernos para nosotros. Inalcanzable, pues, la primera plaza, sólo queda renovar el ánimo e intentar la configuración de un bloque equilibrado y competitivo en estos partidos que restan, con el objetivo de arribar los cruces de ascenso en la mejor de las condiciones posibles, tanto físicas como mentales.

Y cruzar los dedos, rezar o encomendarse a la Diosa Fortuna, para que en el incontrolable reparto de la suerte que conlleva siempre lo aleatorio de un partido de fútbol, nos gratifique con su regalo en esos momentos tan decisivos. Abocados a depositar en su caprichoso designio nuestra esperanza y resignados a asumir el fracaso de no haber sido capaces de alcanzar el objetivo marcado, aún permanece entreabierto el taquicárdico y tortuoso camino de alcanzar la meta mediante tres eliminatorias a vida o muerte.

Enojosa situación a la que se ha llegado, como producto inexorable de una pésima planificación de la plantilla y de una caótica política de altas y bajas en el mercado de invierno. Si, en su momento, despertaron severas dudas determinados fichajes, el transcurrir de varios meses no ha hecho sino confirmar los peores augurios.

Jugadores como Pávez, Carlos Calvo o Despotovic no es que no hayan aportado nada desde que llegaron, es que, dado su ínfimo rendimiento, han debilitado y descompensado el plantel. Tan finos eran los alfileres que sujetaban a este equipo, que la sola lesión de su hombre más en forma, Salvi, ha venido a derrumbarlo por completo.

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